Nicolae Lorga escribió: “Dejar de luchar, por culpa de la corrupción que hay en tu alrededor, es como cortarte el cuello porque hay barro afuera”. Lo anterior se menciona en virtud de que las pretendidas reformas a la Ley en comento han sido sumamente cuestionadas; desde algunas centrales sindicales que se oponen a las mismas hasta aquellas que mencionan que con la desaparición de las juntas de conciliación y arbitraje, no desaparecerá la corrupción e impunidad en la impartición de la justicia laboral.

Además, como ya lo indicamos con anterioridad, las juntas serán sustituidas como en su parte respectiva lo pretende la modificación a la fracción XX del artículo 123 de la constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, para quedar como sigue:

“Antes de acudir a los juzgados o tribunales laborales, los trabajadores y patrones deberán asistir a la instancia conciliatoria correspondiente. En el orden local, la función conciliatoria estará a cargo de los Centros de Conciliación, especializados e imparciales que se instituyan en las entidades federativas. Dichos centros tendrán personalidad jurídica y patrimonio propios. Contarán con plena autonomía técnica, operativa, presupuestaria, de decisión y de gestión. Se regirán por los principios de certeza, independencia, legalidad, imparcialidad, confiabilidad, eficacia, objetividad, profesionalismo, transparencia y publicidad. Su integración y funcionamiento se determinará en las leyes.- locales. La ley determinará el procedimiento que se deberá observar en la instancia conciliatoria. En todo caso, la etapa de conciliación consistirá en una sola audiencia obligatoria, con fecha y hora debidamente fijadas de manera expedita. Las subsecuentes audiencias de conciliación sólo se realizarán con el acuerdo de las partes en conflicto”.

A nuestro entenderse requiere una reforma laboral profunda, concertada entre Gobierno Federal, sindicatos y patrones para que en una especie de “concertación social” se renueve nuestro Derecho del Trabajo y dejar de una vez y por todas, la simulación institucionalizada y estar “parchando” la Ley.

En efecto, la corrupción es uno de los principales males de los que adolece nuestro país, mismo que por supuesto no tiene la patente exclusiva en este aspecto pues desgraciadamente en el mundo es “el pan nuestro de cada día”. También, es menester mencionar que de proceder la reforma, tanto el Gobierno Federal como los de cada Entidad Federativa deberán destinar mayor presupuesto a la impartición de la justicia laboral, ya que si de algo adolece también ésta, es precisamente de falta de recursos económicos y humanos para cumplir a cabalidad con lo establecido en el artículo 17 de la Ley Suprema del país, en el sentido de que la justicia en México deberá de ser pronta y expedita pues como bien lo apuntó el escritor español Francisco de Quevedo (1580-1645). “Donde hay poca justicia es un peligro tener razón”.

Desde luego, amig@ lector@, usted tiene una mejor opinión.

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