Un error más del PRD en Querétaro confirma la crisis que vive este partido, en el cual todavía algunos militamos. Ir en coalición —o en candidatura común— con Acción Nacional en la elección de diciembre en Huimilpan no sólo demuestra oportunismo al sumarse a la coalición gobernante, a la que es ajeno ideológicamente, sino falta de oficio para articular un verdadero proyecto de oposición en la entidad. Nada va a ganar el PRD aun ganando la elección con el PAN, ya que la experiencia a nivel de municipios y de estados en ese tipo de alianzas en todo el país demuestra que es quien encabeza la fórmula electoral quien impone las condiciones del triunfo, y siempre el PRD ha sido un beneficiario muy menor cuando han ganado las coaliciones PAN-PRD.

Pero además, muestra una incongruencia no sólo ideológica sino política, porque creo que todos recordamos cómo el candidato a gobernador del PRD en la pasada elección denostó y hasta descalificó de forma sistemática al hoy gobernador panista. No hay explicación para un cambio tan repentino en la conducta política. Tampoco se ha hecho público algún programa de gobierno que justifique que las ideas y propuestas de la izquierda se incluirán en el programa de gobierno municipal de Huimilpan.

Tampoco es justificación el que el PRI, PVEM y PANAL, se hayan unido para competir en la elección. El PRD podía presentar su fórmula al ayuntamiento y dar una batalla electoral por lo que queda de la izquierda en Querétaro, incluso podía hasta unirse con Morena con quien habría mayor afinidad y cercanía. Este tipo de conductas deberían ser parte de la auditoría que se hará al partido en los siguientes días para que todos los militantes y simpatizantes puedan saber qué poderosas razones le han llevado a aliarse con el PAN nuevamente, a pesar de la ideología y la falta de un programa común.

En realidad este incidente de Huimilpan refleja una forma de desempeño del partido en todo el país que lo ha llevado a la crisis actual. No ha existido una identidad clara ante los gobiernos, sean del signo que sean. Es más, ni siquiera ante los propios gobiernos emanados del PRD se llegó a construir una identidad que le permitiera actuar como partido en el gobierno, siempre se jugó con la idea de funcionar como oposición en el gobierno.

Por otro lado en entidades en las cuales no se ha ganado el gobierno, el PRD se ha desdibujado apoyando a los gobiernos en turno haciendo el papel de satélite sin proyecto ni luz propia. En el sexenio federal actual la cercanía de los dirigentes nacionales con el grupo gobernante pareciera que fue la línea que justificó que en Querétaro el PRD no actuara como un partido de oposición, sino del gobierno, creyéndose al igual que a nivel nacional que eran parte de la élite del poder. Gran error. En los sexenios de Loyola y Garrido tampoco se realizó una labor de oposición perredista.

Aunque existen otras variables para analizar el papel de un partido en la oposición, es fundamental que la actitud ante el gobierno quede clara ante la sociedad, y hasta ahora con el gobierno el PRD no sabe cómo actuar. Ignoro si ya pactaron con el gobierno las condiciones de la capitulación política. Si a ese llamado han tenido derecho. O peor si no lo han ejercitado dado su papel de gran perdedor en la pasada elección.

Nuevamente en Querétaro el PRD deja el papel protagónico al PAN y al PRI. Ya se debía asumir la derrota con la renuncia de los dirigentes como se hizo a nivel nacional con Carlos Navarrete y la nómina que le acompañó en la debacle electoral por el Pacto por México y el trauma de Guerrero cuya cabeza más visible es Ayotzinapa. Se están dejando pasar en nuestro estado las oportunidades de recordar a Querétaro que en realidad las diferencias del PRI y del PAN son de grado y que es necesario hacerle frente al proyecto conservador. Los días pasan y las promesas que hicieron tanto el PRI a nivel nacional como el PAN a nivel estatal y municipal se están incumpliendo sin que nadie diga nada mientras la población sufre las consecuencias.

Nadie de la oposición ha hecho un balance crítico del nuevo gabinete estatal. Nadie desde la oposición ha procedido a dar el paso de ir de las declaraciones a los hechos sobre la rendición de cuentas de la pasada administración. No se han recordado las promesas de campaña que desde ahora se incumplen en materia de austeridad, no sólo desde el gobierno estatal sino desde el nivel municipal. Algo tan fundamental como el Presupuesto Base Cero que fue un compromiso público de todos los que fuimos candidatos a diputados federales y que no se ha cumplido. Esa debía de ser la agenda inicial de un PRD estatal que en este momento los ciudadanos requieren, pero el PRD parece que seguirá dormido mientras México despierta.

Abogado

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