Después de la actitud de PAN, PRI, PRD y MC de negarse a aprobar ni siquiera una de las propuestas de la reforma electoral propuesta por el presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, queda preguntarse a quién representan estos supuestos representantes populares. Su voto en contra de todo va en sentido totalmente opuesto al sentir de los que, en teoría, deberían representar.

Los representantes populares llegan por un partido político, pero al ganar una elección, se convierten en representantes no sólo de su partido sino, principalmente, de los ciudadanos, incluidos los que no votaron por ellos, por lo que, éticamente, deberían escuchar a sus representados y no sólo a las cúpulas de sus partidos o defender sus propios intereses personales o partidistas.

De acuerdo con la encuesta que mandó a hacer el INE sobre el tema y cuyos resultados trató de ocultar el mismo INE, el 93 por ciento de los ciudadanos estamos a favor de que se destinen menos recursos a partidos políticos. Sin embargo, los diputados del PRIAN votaron en contra de esta propuesta y entonces ¿a quién representan esos diputados? Pues sólo al 6 por ciento que se manifestaron en contra de esa medida. Es decir, representan a una ínfima minoría de la ciudadanía y aun así se sienten orgullosos de su voto, lo presumen y celebran haber votado en contra de esta medida, totalmente racional y necesaria.

El PRIAN votó también en contra del sentir del 87 por ciento de la ciudadanía que estamos a favor de que se reduzca el número de diputados y senadores, a nivel federal. Votaron a favor del 11 por ciento que se manifestaron en contra de esta medida.

El PRIAN también votó en contra del sentir del 74 por ciento de la ciudadanía que estamos a favor de que se reduzcan los recursos que se otorgan al INE. Votaron a favor del 11 por ciento que se manifestaron en contra de esta medida que permitiría reducir el enorme costo de ese elefante blanco en el que se ha convertido el INE, haciendo del sistema electoral mexicano uno de los más caros del mundo, sino es que el más caro. El PRIAN votó a favor de mantener un costo de 25 dólares por voto. El PRIAN votó en contra de que dicho costo se redujera al nivel de Estados Unidos o Brasil (11 dólares por voto) o de Francia (menos de 2 dólares por voto).

Así las cosas, con los diputados que votaron en contra de la reforma. Votaron en contra del sentir de la gran mayoría de los ciudadanos de este país. ¡Y luego se lamentan de que siguen perdiendo elecciones en todos lados!

Académico de la UAQ. anbapu05@yahoo.com.mx

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