A mitad de la semana pasada, tuve el privilegio de participar en la ceremonia de inicio de la obra de urbanización de la Avenida de La Luz, en el tramo que va de Prados del Rincón al Libramiento Surponiente.

Quizá haya quienes pregunten: ¿Y qué de relevante tiene que se inicie otra obra pública en el municipio, como para dedicarle un texto completo?

Esta obra tiene dos elementos clave, además de las repercusiones que, una vez en funciones, generará. El primero, que conectará Paseo de la República, el Boulevard Bernardo Quintana, la mencionada Avenida de la Luz y el Libramiento Sur Poniente.

Es decir, se constituirá una red de avenidas interconectadas en la zona norponiente de la capital del estado —la más poblada del municipio de Querétaro— que brindará mayor fluidez en el movimiento de automóviles y transporte público; reducirá los tiempos de traslado y brindará mayor seguridad a los usuarios de estas avenidas.

Se cierra el círculo. El otro elemento clave de esta obra es que será la cuarta calle completa con la que cuente la zona urbana del municipio de Querétaro, dando forma al proyecto de movilidad que planteamos construir al inicio de nuestra administración.

Las calles completas, recordamos, se caracterizan por tener espacios propios para que la gente se desplace con seguridad y comodidad por la ciudad, independientemente de la forma en que lo haga o del vehículo que use.

De esta manera, el tipo de arterias que estamos haciendo, se construye pensando en que los vehículos automotores se desplacen sin problema alguno; que los ciclistas cuenten con un espacio propio para movilizarse, al igual que los peatones y las personas con discapacidad, de tal manera que todos tengan espacios propios y adecuados para su movilidad.

A estas características se suma la instalación de un sistema de alumbrado público con tecnología LED, que emite mejor iluminación y contamina menos que las tradicionales lámparas de vapor.

La obra, en la que el municipio invierte 139 millones de pesos de recursos propios, incluye, además de la avenida con tres carriles en cada sentido, una ciclovía y banquetas de 2 metros y medio de ancho.

En similares condiciones se ha construido el Paseo Querétaro, en el norte de la ciudad y también con características de la misma especie se construye actualmente el Paseo Santiago.
La tercera calle completa de la ciudad es la tradicional y céntrica avenida Ezequiel Montes la que, por cierto, llevaba años sin recibir mantenimiento y en consecuencia, mostraba un severo deterioro que incluía zonas hundidas por el desgaste y el peso que diario soporta.

Una nueva movilidad. Este grupo de calles diferentes que estamos implementando en la capital del estado, se complementará con la red de ciclovías, cuya construcción se encuentra en proceso.

Estos carriles exclusivos para desplazarse a bordo de bicicletas tiene el objetivo de garantizar a los ciudadanos que emplean estos vehículos, hacerlo con mayor seguridad y facilidad por diversos rumbos de la ciudad.

El tercer pilar de esta nueva forma de concebir la movilidad es el sistema de transporte público, diseñado y puesto en funcionamiento, en su primera etapa,  por el gobierno del estado. Con estaciones adecuadas y fijas, con nuevos autobuses y rutas definidas, el sistema se conectará con las ciclovías con la finalidad de que los ciudadanos tengan opciones de transporte eficiente, barato y seguro.

Este breve recorrido en torno a las obras hechas y servicios creados que conforman la nueva infraestructura de movilidad en la ciudad de Querétaro, ubica, en su justa dimensión, la relevancia de la obra de pavimentación de Avenida de la Luz, que iniciamos en días pasados.

Lo he dicho en reiteradas ocasiones y lo señalo de nueva cuenta: construimos hoy el Querétaro del futuro, ese Querétaro que ya está con nosotros.

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