Las trágicas muertes de Martha Érika Alonso, gobernadora de Puebla y su esposo Rafael Moreno Valle, senador de la República y coordinador de la fracción parlamentaria del PAN, han dejado al descubierto los peligros de la polarización política. Esta división en la opinión pública fue causada por el rechazo de Morena al fallo del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, el mismo que les dio el triunfo en la elección presidencial, el cual validó el triunfo de Martha Érika.

Morena calificó la decisión como “antidemocrática” cerrando así las puertas de la reconciliación entre las diversas fuerzas políticas en el estado de Puebla y, peor aún, llevando el conflicto a nivel nacional.

Es inconcebible que la presidenta nacional del partido oficialista Yeidckol Polevnsky, tenga tan poca sensibilidad política por lo sucedido y con sus declaraciones divida aún más al país. Sin duda, con la polarización la racionalidad pierde valor, las emociones toman control y los acuerdos se vuelven imposibles. En un escenario polarizado no se puede lograr la estabilidad del país.

Lo anterior explica las reacciones posteriores a la tragedia y ha desatado toda clase de especulaciones con respecto al accidente aéreo. Hay que recordar que el senador Rafael Moreno Valle se había convertido en un contra peso real a las desatinadas decisiones que ha tomado el gobierno federal hasta el día de hoy, que su  muerte deja un sentimiento de incertidumbre, además de fracturar al sistema político de México.

Hoy más que nunca es necesario buscar consensos y trabajar en unidad para revertir la situación. Tuve la oportunidad de conocer y trabajar paralelamente con Héctor Baltazar, una de las víctimas del accidente; Héctor Baltazar, secretario privado de Rafael Moreno Valle desde que fue Gobernador en el periodo 2011-2017 y que lo acompañaba ahora como Senador de la República.

En lo personal tuve un trabajo semejante al de Héctor debido a que tuve la gran oportunidad de ser Secretario Adjunto del Gobernador Francisco Domínguez Servién entre los años 2015 a 2018. Mi trabajo consistió en el acompañamiento total de las actividades diarias del Gobernador, un trabajo exigente y de tiempo completo.

Héctor y yo hacíamos funciones similares con nuestros jefes, éramos unos ojos y una voz. Coincidimos en muchas ocasiones aguardando a que tuvieran un acuerdo o esperando a que terminaran una comida. Juntos vivimos de cerca la política nacional y tuvimos la oportunidad de conocer a los actores políticos más importantes para el país debido a la cercanía con nuestros jefes.

A pesar de todo me doy cuenta de que muchas personas opinan a la ligera aún sin conocer las circunstancias. Han dicho que la gobernadora y su esposo murieron por preferir viajar en helicóptero en lugar de hacerlo en automóvil, motivados por la ostentación y un estilo de vida lujoso. Nada más lejos de la realidad, puedo atestiguar que los tiempos de un Gobernador son cortos y que los traslados aéreos son necesarios para desahogar una agenda completa.

Héctor y yo llegamos a hacer logística conjunta para nuestros jefes. Aún recuerdo su profesionalismo y su entrega, siempre cargando su impresora por si tenía que imprimir una ficha o un discurso, sus baterías portátiles para celular, entre otras muchas cosas. No era fácil ser asistente personal de Rafael Moreno Valle, un hombre exigente que se caracterizaba por su disciplina, sin embargo Héctor cumplió eficaz y hábilmente su trabajo.

Es mi deseo para este nuevo año que la clase política nacional siga este ejemplo de unidad y trabajo en equipo, este es el único camino para acabar con la polarización. Sin reconciliación no hay nación, ésta se debe lograr a toda costa. Hoy te recuerdo amigo, nuestras convicciones e ideales de jóvenes que buscan un mejor país vive más que nunca.

Secretario de la Juventud

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