Rebelión en la granja, fue lo que literalmente sucedió en la sesión de Pleno, de la Cámara de Senadores, tras una serie de trampas, abusos, fraudes, indisciplinas, ofensas y casi a punto de los golpes, la bancada de Morena, por medio de la presidenta de la Mesa Directiva, Mónica Fernández Balboa, le tomó protesta a la morenista y activista señora Rosario Piedra Ibarra, quien ilegalmente pasó a ocupar la presidencia de la Comisión Nacional de Derechos Humanos.

La bancada de Morena, por conducto de su coordinador Ricardo Monreal Ávila, no pudo conseguir los votos necesarios para elegir a Piedra, por votación calificada de las dos terceras partes de los asistentes a la sesión de pleno; razón, sin razón que los llevó directo a la práctica consuetudinaria de muchos políticos: al fraude electoral.

Recuento de hechos: El 30 de octubre pasado llevaron a cabo 2 votaciones para elegir de entre la terna, a quien presidiría la CNDH. No lograron los votos necesarios, convocaron a nueva sesión electiva, Monreal haría el esfuerzo por conseguir los votos faltantes. El día 7 del presente mes, volvieron a votar la terna: Peimbert, Orozco y Piedra ¡Los animales se rebelaron! La oposición a Morena descubre dos “triquiñuelas” de sus homólogos; una, Monreal “embaraza la urna” con doble voto; y dos, el voto de 2 abstenciones los suman a la mayoría, alcanzando la anhelada votación calificada. Fue tan grande la inconformidad que no le tomaron protesta a Piedra. En el transcurso de la semana, Ricardo Monreal ofreció reponer el procedimiento, no sin antes darse un baño de honestidad del que salió igual de sucio, reconociendo que no hay norma alguna que los autorice, pero lo repondrán. Sería otra ilegalidad, que no sucedió. Hasta ahí todo pareció que corregían en camino fraudulento de la viciada y nula elección.

La rebelión de los animales (los puercos), dice en la novela George Orwell. La fábula continuó en el Senado. Llegó el martes 12 y los senadores convirtieron en campo de batalla la sesión. No hubo reposición de procedimiento, los morenistas se rebelaron en contra de Monreal. Los panistas tomaron las instalaciones del Senado, clausuraron entradas, llenaron de pancartas la sala, acusando a Morena de fraudulenta. Casi a golpes, un grupo de mujeres sometió a Madero hasta doblegarlo y arrodillarlo. Unos y otros tomaron la tribuna. La bancada priista, por medio de Osorio Chong, simplemente pidió la anulación de la elección, que el dictamen regresara a Comisión de dictamen y presentaran propuesta distinta; obvio, no le hicieron caso. Piedra, candidata oficial de Andrés Manuel López Obrador, con la consigna de elegirla a como diera lugar. Así las cosas, dieron por válida la fraudulenta elección. Literalmente a golpes introdujeron a la señora Rosario Piedra al salón de Pleno y, entre empujones la subieron a la Mesa Directiva. La presidenta Olga Fernández leyó nerviosa y apurada las líneas de la toma de protesta. Y, desde ahí, uno de los diputados morenistas, cínicamente tomó el brazo derecho de Piedra y lo levantó para que tomara protesta; fue un caos la sesión. Prosperó la traición, la falsedad, las intrigas, la mezquindad, el trastocamiento de la normatividad para satisfacer intereses del Presidente de la República. Morena conforma a los nuevos integrantes de la granja, satisfizo sus sórdidas y aviesas apetencias, se apoderaron de la CNDH; por supuesto con el aval de AMLO. Los combativos panistas y lo que queda del PRD, amenazan con impugnar el procedimiento ante la autoridad federal; la que, por cierto, parece que también está bajo el control de López Obrador. La corrupción se enseñorea.

Analista legislativo. @HectorParraRgz

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