Es una volada aquello de que Marcelo Ebrard presentó su dimisión como secretario de Relaciones Exteriores. Un rumor —dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador—, producto del ocio y la mala fe.

La réplica presidencial fue contra el articulista Fausto Pretelín, quien afirmó que el 2 de abril Marcelo Ebrard habría renunciado a su cargo dentro del gabinete (El Economista, 08/04/2019).

Té de tila y pasiflora recetó el jefe del Estado a quien se pase de inventor. El repaso alcanza también a quienes venían especulando sobre un presunto encono entre Beatriz Gutiérrez Müller y el canciller.

El mensaje de ayer, durante la mañanera, es más que claro: ¡con Marcelo no se metan!

Contrasta la retahíla fabricada en contra del canciller con los aciertos que se anotó esta semana.

Un evento importante fue la visita de Michelle Bachelet, Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos. La firma del convenio entre el gobierno mexicano y la ONU, para dar capacitación a los integrantes de la nueva Guardia Nacional, muy probablemente fijará un punto y aparte respecto al desempeño de las fuerzas dedicadas a la seguridad; y la iniciativa fue procesada en todas sus partes por la Cancillería.

Otro convenio similar, por su estatura, fue el que firmaron la señora Bachelet y el secretario Ebrard con el propósito de que, también la ONU, brinde asistencia a la comisión dedicada a investigar sobre el caso Ayotzinapa.

Para añadir intensidad a la agenda está la cumbre de altos directivos empresariales, de México y Estados Unidos que este próximo fin de semana se llevará a cabo en la ciudad de Mérida, Yucatán; un evento convocado por la secretaría de Relaciones Exteriores y el Consejo Coordinador Empresarial.

Según un comunicado público asistirán a Mérida los integrantes más relevantes del gabinete lopezobradorista y también varios funcionarios del gobierno estadounidense, destacadamente Wilbur Ross, secretario de comercio de la administración de Donald Trump y uno de los negociadores principales del T-MEC.

Entre otros propósitos, este encuentro quiere consolidar alianzas entre empresarios de ambos lados de la frontera, de cara a la próxima ratificación del tratado comercial.

Es evidente que la política de la Cancillería pesa sobre los asuntos domésticos, mucho más de lo que algunos quisieran. Quizá por esta razón, uno que otro oficioso miente al decir que Ebrard vive recluido en sus oficinas: o el secretario anda en misa, o está en la procesión, y lo segundo es más evidente que lo primero.

¿A quién le incomoda Ebrard? Después de ayer quedó claro que el presidente no está descontento con este secretario. Se viene acusando falsamente a Ebrard de haber filtrado a la prensa la carta presidencial dirigida al rey español, como una suerte de acto de rebeldía burocrática contra la petición de disculpas. Sin embargo, quien se creyó esta especie olvida que, mientras esa misiva viajaba a España, el canciller estaba en Roma buscando encontrarse con el Papa para presentarle una carta similar.

Si Ebrard traía ganas de reventar el tema, ¿entonces por qué fue artífice y operador directo de la estrategia desplegada por el gobierno de AMLO de cara al 2021?

ZOOM: Tiene razón el presidente cuando dice que hay nerviosismo a propósito de la permanencia de los integrantes de su gabinete. Debe decirse que el epicentro, el origen, de ese nerviosismo está en su propio equipo gobernante.

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