El periódico La Jornada en días pasados publicó que “de acuerdo con una encuesta de clima político electoral realizada por Pop Group, después del segundo debate entre candidatos presidenciales…no es posible identificar un ganador definitivo”, habla de un empate técnico entre Meade y López Obrador.

Lo anterior se confirma al escuchar hablar en diversos lugares, reuniones de todos los sectores y actividades, sobre el tema de las elecciones. Hay 20% de indecisos en la elección, algunas encuestas públicas han reflejado niveles de hasta 38%. Uno de cada tres mexicanos dice que puede cambiar su voto.

No olvidemos que los resultados de las encuestas han sido diferentes a los resultados electorales en algunos países. Por ejemplo en Estados Unidos las encuestas daban como ganadora a Hillary por alrededor de seis puntos, en Gran Bretaña las encuestas decían que la mayoría votaría por permanecer en la Unión Europea, en Colombia las mediciones decían que la mayoría votaría por el acuerdo de paz.

Esta situación y vivencias en otros lugares del mundo, han repercutido en los votantes, han comenzado a escuchar antes de opinar y votar. Están entrando a un análisis de argumentos, de pros y contras de los candidatos.

Se está generando una pregunta muy importante: ¿Quién es el mejor para gobernar? Ahora el país se está preguntando quién puede gobernar mejor. Se ha consolidado la versión de que José Antonio Meade sería el mejor presidente.

Cada partido realizó un ejercicio diferente para elegir a su candidato. Morena tiene un candidato por autoimposición y autoritario. La coalición Todos por México buscó al mejor para gobernar. Tenemos un aspirante presidencial claramente superior a sus contendientes. Meade es el presidente que el país necesita; un servidor público con conocimiento, con una trayectoria limpia; con vocación de servicio y claridad de ideas y proyectos para mantener la estabilidad económica y política del país. Un hombre con profundo amor a México, conocedor de los retos que enfrentamos, la forma de resolverlos para construir la nación próspera e incluyente que merecemos.

Después del segundo debate, la sociedad, los grupos de academia, de trabajadores, de comerciantes, empresarios, amas de casa, estudiantes, etc., van encontrando coincidencias en quién puede resolver sus demandas y necesidades en la propuesta de gobierno de José Antonio Meade.

Ha sido asombroso que ha pesar de los bots y fake news, los electores están razonando y entrando a un análisis de sus propuestas. El electorado está pensando qué hacer el 1 de julio, pues se va a elegir al presidente, quién va a gobernar, no al candidato. Ya lo dijo Michelle Obama “los candidatos no cambian cuando toman posesión, la presidencia no cambia quien eres, revela quién eres”. Si un candidato explota, le falta el respeto a sus conciudadanos, así será como presidente. Un candidato capaz, con conocimiento, con claridad en sus propuestas, será un presidente que asuma la responsabilidad de liderar nuestro país.

Los votantes tenemos un compromiso con las siguientes generaciones: elegimos al presidente, o nos quedamos con el candidato, y si es así, van a pagar las consecuencias económicas, políticas y sociales de un gobierno porque quisimos “castigar al gobierno actual”.

Meade será un buen presidente de México. Así lo expresan sus adversarios. Meade será un gobernante que no va a cometer locuras, es honesto y tiene capacidad para corregir lo que se ha hecho mal.

Nos encontramos en la antesala para elegir al presidente al que no se le puede discutir ni refutar porque va a actuar con todo el peso del Estado encima y acusar a “la mafia del poder” de sus fracasos en la economía y enfrentamiento de las instituciones; o al presidente que sabe gobernar.

“Una sociedad enojada elige a quien administre su ira, no a quien resuelve sus problemas”. (IPADE)

Ex alcalde y ex legislador federal y local. @Chucho_RH

GR

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