Cuando recién asumió el poder, Trump prometió que sus enemigos enfrentarían furia y fuego. La realidad ha sido otra. Ni furia ni fuego: sanciones y aranceles para enemigos y aliados. Esa ha sido su herramienta de política exterior más utilizada. El país que lo ha vivido de forma más reciente es hoy Turquía. Y sucedió justo en el momento menos esperado.

Hace dos semanas parecía que el gobierno de Trump estaba a punto de llegar a un acuerdo con el gobierno turco sobre un conflicto diplomático que vienen arrastrando. Turquía iba a poner en libertad a un pastor estadounidense, Andrew Burson, acusado por el gobierno del presidente Recep Tayip Erdogan de ser un espía y terrorista y preso desde 2016, mientras que Estados Unidos accedería a regresarle a Turquía al banquero Hakan Atilla, preso por haber violado el embargo con Irán, para que cumpliera su sentencia en Turquía.

Y de pronto vino el tuit de Trump que ha tumbado la lira turca en más de un 40 por ciento frente al dólar. Tuit en el que informó que los aranceles al acero y al aluminio para Turquía se duplicaron y que las relaciones entre ambos países están en un mal momento. Con esos casi 280 caracteres, Trump informó que no hay acuerdo. Lo que hay es una crisis económica tremenda en Turquía que amenaza con contagiar a varios países, incluyendo evidentemente a México.

Este nuevo conflicto entre Trump y su aliado más importante en el este de Europa, Turquía, es una muestra más de la sacudida que el presidente de Estados Unidos le genera al mundo a través de su uso de redes sociales y sus estrategias de política exterior basada en sanciones económicas y aranceles comerciales.

Ahora el ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Javad Zarif, ha salido en defensa de Turquía y de Erdogan tuiteando que Trump, que se vanagloria de infligir daño económico en su aliado de la OTAN, es una vergüenza y que por ello Irán seguirá siendo contrario al bully estadounidense y apoyará a su vecino. Hoy Turquía; mañana cualquier otro vecino que se enfrente a Trump.

Para México lo que está ocurriendo con Turquía nos debería encender las alarmas. Nosotros estamos en proceso de renegociar el TLCAN. Un acuerdo que sabemos es sólido y valioso para los estadounidenses, como los turcos asumen es valiosa su alianza militar que permite a Estados Unidos mantener las bases militares más importantes que tiene la OTAN en su territorio.

Aún así, poco le ha importado a Trump generar un conflicto diplomático y económico con Turquía. Seguramente así de poco le importará a Trump el daño económico que generaría terminar también con el TLCAN de un tuitazo.

Y, en ese caso ¿quién sería el aliado de México como en este momento lo está siendo Irán con Turquía? Probablemente Canadá. Pero ¿sirve de algo esta unión de países en contra del bully que actualmente ocupa la Casa Blanca?

Son reflexiones de política exterior para México en un momento en que Turquía, que vive en mucho los mismos dilemas que nosotros, está enfrentando al bully, y en los que tendremos pronto gente nueva manejando los destinos de nuestro país.

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