El 2 de mayo, Gerardo Cuanalo recibió su nombramiento como titular del Instituto Queretano del Transporte (IQT) tras la renuncia de David Sánchez Padilla, quien nunca supo encarar el problema y suma un segundo fracaso en materia de Movilidad, pues previamente había sido despedido de su cargo en Aguascalientes.

Uno supondría que un gobierno como el de Mauricio Kuri que presume profesionalización, pondría al frente a un experto en Movilidad en lugar del recién renunciado, pero no fue así, puso a un político panista para pagar cuotas a los grupos políticos que lo apoyaron.

Uno esperaría que al menos el político inexperto en movilidad como Cuanalo fuera usuario frecuente del transporte público, pero no fue así, porque al siguiente día de su nombramiento decidió hacer algo intrépido que pocos panistas se atreven, a menos que anden en busca del voto: conocer el transporte público.

Así, el 3 de mayo, Cuanalo conoció la ruta 121 y 65; el 5 de mayo, la 21 y 98 y este lunes, al cierre de esta edición, recorrió la ruta 31, esto según su cuenta de Twitter donde informa cómo va su conocimiento del transporte público. Al paso que va, conociendo 5 rutas por semana, se va a tardar unos cuantos meses en conocer cómo opera el transporte público.

Independientemente de los actos populistas del exdiputado Cuanalo (para que vean los panistas también tienen su pulsión populista), que hace esos recorridos más para ser fotografiado y dar el mensaje que sí está trabajando, el reto del transporte público es enorme, toda vez que no es un problema que haya empezado hace un año ni dos, es un problema que empezó a crecer con el acelerado crecimiento de la zona urbana de Querétaro.

Desde 2003, el gobierno del también panista Francisco Garrido lo veía, junto con el tema del agua, como uno de los problemas a enfrentar. Incluso recordemos que hasta mandó comitivas al extranjero para estudiar los sistemas de transporte público para implementarlos aquí, pero el fracaso fue monumental, no se hizo nada efectivo y solo al final de su sexenio y tras haber perdido su partido las elecciones, incrementó el costo del pasaje de 5 pesos a 6.50.

Después vino el fracasotote de José Calzada con RedQ que en búsqueda de una modernización basada solo en la forma de pago y en una pésima reestructuración de las rutas, colapsó la ciudad cuando se implementó el servicio. Francisco Domínguez le cambió el nombre a Qrobús y buscó monopolizarla, pero el fracaso fue igual.

Si Cuanalo quiere hacer algo por mejorar el transporte, no solo debe quedarse en las fotos donde se sube al camión, debe comenzar por políticas efectivas, reestructuración de rutas, renegociación con los concesionarios, compra de mejores unidades, mejora de pagos a choferes, entre otros detalles. Es decir, tiene una larga y ardua chamba, ojalá y no se quede dormido como cuando fue diputado, porque la ciudad terminaría por colapsar.

Periodista y sociólogo. @viloja

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