“Puede que sea el gallo el que canta, pero es la gallina la que pone los huevos”

Margaret Thatcher.

Tergiversar las narrativas de movimientos sociales es algo típico de los políticos ya sean de derecha, de izquierda o de lo que les convenga.

El movimiento lopezobradorista no quiere protestas, no se ven bien. Sí, el presidente, como cualquier otro presidente, los quiere a todos calladitos, felices y, sobre todo, quietos.

Los partidos de oposición, perdidos en su narrativa, miran en el reclamo feminista una bandera que les urgía, piensan que los errores de la Cuarta, por su notable insensibilidad y visceralidad, los fortalecen frente al régimen, pero su estrategia, creo, estará condenada al fracaso dada su hipocresía.

El PAN, por ejemplo, pocas veces hizo eco de los reclamos feministas, lejos de algunas declaraciones aisladas de algunos de sus más distinguidos miembros, el tema les fue indiferente por décadas, hablar de equidad de género no era algo más que un asunto de relleno salpicado por lugares comunes… No, lo siento, pero no: que Josefina Vázquez Mota fuese la candidata en 2012 no los vuelve un partido promujeres.

Del PRI no tiene mucho caso escribir ni de otros partidos que, de la misma forma, apenas pintan un minúsculo garabato en la agenda del país.

Sin embargo, el respaldo de varias empresas al paro es una cosa de aplaudirse, aunque no estoy muy seguro que hubiese sido igual si hoy el sector privado no se viera constantemente amenazado por un régimen que los margina y amenaza con ahogar la economía nacional.

Más claro: ¿si el presidente fuese otro, más apegado a la IP, habría tanto apoyo a las legítimas luchas del movimiento de mujeres?... Francamente, lo dudo mucho.

El paro de mujeres es un asunto que se ha politizado, guste o no guste, y nos corresponde a nosotros, ciudadanos, sociedad civil y medios de comunicación aislar ese elemento, sin dejar de contemplarlo y documentarlo, del verdadero problema.

Dejando de lado el terror que representan los 10 feminicidios diarios en México, pensemos en esto: una bebita que nazca hoy tendrá, de seguir como vamos, casi el 100% de probabilidad de ser llamada puta antes de sus 12 años, es muy probable que sufra tocamientos sin su consentimiento antes de sus 16 y, tal vez, antes de sus 21 años haya tenido relaciones sexuales forzadas con algún tipo de violencia, ya sea física, económica o emocional… Y todo eso es, hoy por hoy, lo más normal de nuestra cotidianidad.

El feminismo es sumamente complejo, hay mujeres feministas provida y las hay proelección, hay grupos radicales que sostienen que un hombre debe ser penetrado de forma anal para entender a una mujer y debe quedar totalmente aislado de la discusión y hay, también, mujeres feministas a favor del matrimonio y a dedicar su vida al cuidado de los hijos y también hay muchos hombres que quieren hacerlo y lo hacen dejando a sus parejas mujeres ser el sostén del hogar.

¡Vamos! que esto es un universo sumamente complejo que hay que respetar, como todo, en todas sus vertientes. Pero, antes, hay que entender lo que es el respeto y la igualdad. Partamos de esa base.

Y sí, como en todo, hay muchos y muchas oportunistas.

DE COLOFÓN.-

Baste ver la reacción a las declaraciones de la gran Malena Pichot en 2018 cuando dijo que “no existen feminismos de derecha”.

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