Desde que recuerdo, en mi tránsito por la educación elemental, secundaria y terciaria, me he sentido atraído por personas, por compañeros, incluso por instituciones (ya que las dirigen y operan las personas) con una visión, con un discurso y, sobre todo, con una ejecución sumamente holísticas de su misión e impacto en la sociedad. Esto me ha llevado a cuestionarme qué todo influye, cuáles son los elementos o ingredientes, en aquellos líderes, que han adquirido la capacidad de saber cómo comunicarse, empatizar con sus clientes o partes interesadas, provocar que sus autoridades crean en ellos y, sobre todo, lleven a toda su organización hacia el logro de sus objetivos para finalmente provocar un impacto verdaderamente relevante.

No pretenderé en esta entrega semanal deslizar temas de teoría organizacional, o emprendimiento social, más bien quiero traer a estas líneas el impacto que generan en las personas —porque lo he vivido de manera personal—, la práctica, involucramiento, o incluso la más simple apreciación de las artes en cualquier variedad de las expresiones humanas, para reflejarlo en el enfoque integral de sus organizaciones para el logro de sus objetivos. En esto justamente quiero centrar mi colaboración.

Según información de fuentes como Forbes, Inc., Virgin o Business Insider, por mencionar algunas, existen una serie de hábitos referidos como sustanciales, llevados por líderes o ejecutivos exitosos, quienes a lo largo del tiempo han catapultado a sus organizaciones hacia grandes logros. El primero de ellos es la lectura, no desde el punto de vista del conocimiento en específico, sino desde quizá algunos elementos más sutiles; leyendo textos diversos y literatura, los líderes mejorar sus habilidades de comunicación verbal y escrita, facilitando sus procesos de comunicación con sus colaboradores y provocando una claridad en los mensajes y contenidos. Otro sin duda importante, es el viajar y conocer otras culturas, interesarse por la historia de los pueblos, pero no necesariamente a través de libros o documentales, sino de manera vivencial; el conocer otras naciones, interactuar con su cultura, arte o gastronomía, por ejemplo, remarcan la importancia de desarrollar una visión multicultural de una organización, apreciar el arte y cultura de otros, nos vuelve más empáticos hacia las personas (hablando de organizaciones con una diversidad de etnias representadas en sus empleados). Otro hábito igualmente relevante es el de apreciar el arte a través de la escultura, la poesía, la pintura o la música, algunos líderes refieren su involucramiento en el arte y la cultura de una diversidad de maneras, ya sea tocando un instrumento, leyendo a autores específicos, visitando museos para apreciar pinturas o esculturas, o la asistencia regular a conciertos de música o representaciones teatrales, como un mecanismo para “enfocar” de manera distinta problemas y estrategias en una organización.

El común denominador detrás de estos líderes es sin duda un interés genuino por una diversidad de expresiones humanas asociadas al arte, a la interacción de la cultura, la ciencia y la tecnología, como una estrategia para mantenerse vivos y de paso mantener viva la “chispa” de su organización. Que importante es que los líderes sean conscientes de su rol multidimensional, para traducirlo en iniciativas, en estrategias y sobre todo en una ejecución más humana, más cercana a lo que nos hace diferentes del resto de las especies en este planeta, nuestras expresiones artísticas.

Google News