Andrés Manuel López Obrador llega a la Presidencia de la República en su tercer intento. Me pregunto qué hubiera pasado si hace 12 o seis años lo hubiera logrado. ¿Habría sido diferente? Creo que el Presidente electo llega en un momento de su vida donde ha pensado demasiado lo que cree que tiene que hacer, eso lo pone con un gran deseo de empezar  y poner en práctica sus proyectos y ocurrencias.

Si hubiera sido 2006 seguramente no habría tantos cambios al sistema que conocemos como los que quiere hacer ahora, sería mas “normal” su actuar, ahora trae demasiado ideas a las cuales les ha dado vueltas mucho tiempo, lo que lo puede hacer que pierda objetividad. Para López Obrador este tiempo le dio oportunidad de imaginar un México diferente, la cuarta transformación, ahora veremos si lo puede conseguir.

Esta semana se llevará a cabo la ya muy mencionada consulta para determinar el futuro del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México, algo que puede marcar el estilo real que tendrá la nueva administración federal. Aparentemente se tendrá una consulta popular, por un lado, y una encuesta, por el otro, algo que metodológicamente no tiene mucho sustento, ya que puede dar resultados muy diferentes en cada una y eso llevar a que no quede claro el resultado y entonces ¿que pasará? Todo puede quedar en una simple pregunta estadística.

Lo que se ha mostrado es que los miembros del próximo gabinete, en especial el futuro secretario de Comunicaciones y Transportes, Javier Jiménez Espriu, están en contra del aeropuerto en Texcoco.

Entonces: ¿cómo podemos creer que la consulta será legal, si cada vez muestran más claramente su deseo de que no continúe el proyecto, o al menos eso es lo que han querido hacernos creer? Y verdaderamente lo están logrando, pero que pasaría si la decisión  sea concesionar el nuevo aeropuerto en Texcoco y para justificarlo ante los detractores se dirá que la consulta muestra que se quiere el aeropuerto en Texcoco, aunque AMLO no esté de acuerdo. Así los mercados se tranquilizarían y él no queda como vendido ante los radicales.

Si se opta por Santa Lucía, quedaría como alguien muy populista, y el mensaje a los mercados sería muy malo, afectando los resultados económicos del corto plazo. Eso complicaría contar con recursos para sus programas sociales, así que me inclino por la primera opción, si hay acarreados ya sabemos por dónde va la cosa. Ya lo hizo un emperador romano, Pilatos, quien hasta la fecha sigue cargando con ese detalle. 

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