El ejercicio que esta noche llevarán a cabo los cinco aspirantes a la Presidencia de la República aún es relativamente joven en México. En 24 años será apenas el quinto proceso electoral en el que los aspirantes participan en un debate, mientras en Estados Unidos tienen una historia de casi 60 años.

Los candidatos acuden con la obligación de hacer de esta práctica un ejemplo de discusión civilizada en la cual los argumentos deben imponerse a las descalificaciones fáciles. Los problemas y atrasos en diversos sectores que acumula el país demandan propuestas claras y viables para mejorar el bienestar general. El cómo tiene que convertirse en la parte central de sus exposiciones.

Los debates en México habían caído en el acartonamiento por un corsé que los propios partidos políticos le habían imprimido, pero el formato que se verá este día busca ser diferente a los anteriores.

Entre los cambios más relevantes figuran que en lugar de un moderador serán tres, quienes realizarán preguntas y plantearán temas específicos; su rol pasará de ser vigilantes del cronómetro a tener una participación más activa para propiciar el diálogo y el contraste de propuestas entre los cinco adversarios. Los tres ejes del debate de este domingo serán 1) seguridad pública y violencia, 2) combate a la corrupción e impunidad 3) democracia, pluralismo y grupos en situación de vulnerabilidad. Encuestas recientes han registrado que las preocupaciones más importantes para amplios sectores de la población son precisamente la seguridad y el combate a la corrupción.

Este tipo de discusión es un instrumento clave para que el grueso del electorado termine de conocer a los aspirantes y evalúe la ruta que cada uno plantea para elevar el bienestar nacional. Acudir a la casilla el domingo 1 de julio es un derecho ciudadano pero también debe serlo ejercer el voto de manera informada y no solo por la indebida presión de algún partido.

Además de lo anterior, el ejercicio que esta noche tendrá lugar tiene relevancia por varias razones: se trata de una manifestación de civilidad democrática, en la cual los diferentes puntos de vista no deben ser motivo de división sino ocasión para alcanzar coincidencias mediante la exposición de ideas; representa también la fortaleza de la libertad de expresión y contribuye a consolidar el carácter democrático del país.

Esa es la importancia del debate. Los candidatos tienen una oportunidad que no deben desaprovechar.

Google News