“Hay necesidad de implementar acciones siquiátricas en San Lázaro…hay trastornos”. Estas son palabras nada menos que don Porfirio Muñoz Ledo refiriéndose a la Cámara de Diputados. Pero ellas aplican para Donceles, donde está el Congreso de la CDMX.

Y es que solo hay que ver lo que hacen. Por ejemplo, recientemente se llevó a cabo un foro por los derechos de los animales del cual salió una propuesta de ley hecha sin pensar y sin saber, según la pura ocurrencia de una diputada. Así lo explican en la plataforma Change.org (la resumo por cuestiones de espacio):

“En el foro participaron grupos defensores de los animales, pero se le negó la entrada al gremio de médicos veterinarios. Se quiere obligar a todos los dueños de mascotas a que las registren en su padrón y así cobrar una tenencia anual y los veterinarios no podríamos atender a aquel animalito que no esté registrado. Sin embargo, al mismo tiempo, a los veterinarios se nos quiere obligar a atender de manera gratuita todo animal que sea llevado a consulta por algún desconocido que lo haya recogido en la calle.

Se obliga al médico a atender al animal en cualquier estado que se le lleve a su consultorio, y si muere, se retira la cédula profesional y se deberá compensar al dueño.

También nos hace presa de animalistas, ya que se formará una Comisión para el Bienestar Animal, presidida por un panel de rescatistas de animales, los cuales sin contar con conocimientos médicos, serán encargados de vigilar, regular, calificar y sancionar a los MVZ y sus clínicas. Ellos visitarán cualquier clínica veterinaria y determinarán si cumple con los requisitos de dignidad animal y decidirán si la clausuran o la dejan seguir operando, lo que abre las puertas para la extorsión y corrupción.

Queda prohibida la crianza selectiva y responsable de animales de compañía (perros, gatos, roedores, aves, reptiles, insectos, peces, equinos, etc.), así como la compra-venta, exhibición y comercialización de los mismos (lo cual básicamente condena a la extinción a los animales de raza pura). Solo se podrá adquirir una mascota a través de algún grupo de rescate animal por el que se pagará una cuota de adopción y se obtendrá una licencia. Los animales de compañía deberán ser esterilizados sin excepción o su posesión será ilegal y serán confiscados por la comisión de bienestar animal, lo que causará la extinción de todas las razas caninas y felinas en un plazo no mayor de 20 años en México. Quedan prohibidas las exhibiciones de belleza ya que son “clasistas y racistas” en contra de los animales mestizos, el uso-explotación de animales para trabajo (esto incluye el uso de animales de tiro para trabajos agrícolas y de transporte como yuntas y carruajes que son ampliamente usados por el 90% de la población rural de México), la charrería y cualquier otra actividad ecuestre, la tauromaquia, pamplonadas, rejoneos y peleas de gallos, así como el uso de perros en la detección de narcóticos y explosivos, en labores de búsqueda y rescate, de guarda y protección, policiales y militares y como perros guía. Queda prohibido el uso de alimentos de origen animal para la alimentación de mascotas (lo cual es un atentado contra la naturaleza de las especies carnívoras como los felinos, caninos y algunas de reptiles, aves y peces).

A lo anterior se suma el querer cerrar todos los zoológicos del país, que no son centros de exhibición animal solamente, son lugares dedicados a la preservación de muchas especies, y de hacerse esto, pasaría algo similar a los circos, en los que terminaron matando a todos los animales”.

La misiva acaba así: “Los exhorto a no apoyar esas leyes terroristas que propone la diputada Leticia Varela”. Tiene razón. Porque la dicha propuesta de ley es absurda y dañina. Nuestros legisladores son ignorantes, aunque en su infinita arrogancia, ni cuenta se dan de eso. Les urge un siquiatra como dice Muñoz Ledo.

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