Hace días, algunos queretanos presentamos una modesta propuesta al gobernador del estado y al Poder Ejecutivo federal cuya pretensión reside en perfeccionar los sistemas de seguridad interior y exterior del país, siendo las partes centrales de la iniciativa de tratado las siguientes.

La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) es una comunidad de países que se agrupan para la cooperación y obtener seguridad mutua. Es una alianza militar pero sobre todo es una organización de disuasión geopolítica. Si bien nace con posterioridad a la Segunda Guerra Mundial para hacer contrapeso al poder militar de la Unión Soviética, ha logrado jugar un papel de tutela militar de los países miembros.

Los cambios recientes en el mundo: el nacimiento de una nueva primera potencia en el mundo, expresado en el poder de China. Una nueva Guerra Fría proyectada en los conflictos territoriales en Europa, las amenazas y realidades de secesión en varios países. El nacimiento de nuevas potencias en Asia y Latinoamérica ejemplificadas en Japón y la India, en Brasil y México, en nuestra latitud. Todo este escenario de la postguerra que se enfrentó con el llamado modelo de contención resulta por demás insuficiente para entender y enfrentar los problemas que generan nuevos actores distintos a los Estados-Nación, en concreto México enfrenta un reto de seguridad ciudadana y nacional que pone en cuestión las bases tradicionales de la política exterior tradicional.

Pareciera que la vocación pacifista de México le ha impedido asumir que al interior del país las instituciones militares y policiales estén rebasadas por los nuevos desafíos del crimen organizado y la complejidad de la diversidad territorial y social con los problemas de desigualdad, pobreza.

Es necesario restituir el principio de soberanía sobre la instauración de un nuevo pilar de la doctrina tradicional de la política exterior a través de la alianza con los países de la OTAN para acceder a un nuevo poder simbólico que refleje la nueva correlación de fuerzas y de responsabilidades de nuestro país en el mundo.

Consideramos que México debe ser incorporado al Tratado del Atlántico Norte y con ello resolver un problema de debilidad de estratégica en su seguridad interior y exterior y equilibrio político.

Entre los artículos más destacados están: Artículo primero. México se compromete y ratifica en los términos de la Carta de las Naciones Unidas y de su vocación pacifista inscrita en los pilares de la política exterior plasmada en su Constitución a formar parte del Tratado del Atlántico Norte.

Por lo anterior, México se compromete a privilegiar las soluciones pacíficas que se susciten en las relaciones internacionales en que se vean involucradas las naciones parte de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, anteponiendo en sus relaciones la paz, la seguridad y la justicia internacionales, comprometiéndose a abstenerse de la amenaza del uso de la fuerza.

Artículo segundo: México se adhiere al Tratado del Atlántico Norte para ahondar en las relaciones de fraternidad y amistad entre las naciones signantes para la creación y revaloración de las instituciones libres, comprometiéndose a difundir los valores y principios en que se basan dichas instituciones para la conquista de la estabilidad y bienestar.

Artículo tercero: México se adhiere al Tratado del Atlántico Norte para asegurar en un ejercicio individual o conjuntamente con los países miembros del Tratado la aportación de medios y la asistencia mutua para incrementar su capacidad de resistencia al ataque armado proveniente de individuos, grupos o naciones que pongan en riesgo la seguridad de la nación mexicana.

Abogado

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