Llegó la hora del primer debate presidencial de la elección 2018, el cual ha generado muchas expectativas, pero no solamente entre los mexicanos, sino para los candidatos, quienes ven en éste una vía para aumentar sus preferencias con el electorado, y otros como un obstáculo del cual bastará con salir medianamente librado para continuar con una tendencia positiva.

El primer debate presidencial podría además revelar alianzas entre candidatos y estrategias de quienes aspiran a llegar a Los Pinos. Así mismo, el nuevo formato, los temas y la habilidad de los candidatos para meterle sabor podrían determinar el apetito futuro o la ausencia de él por parte de los votantes para ver el segundo y tercer debate. Si el debate de este domingo 22 da sueño, la audiencia para el segundo se verá reducida.

Tan pronto como termine el primer debate se generará la pregunta obligada: ¿quién lo ganó? Lo ganarán, en principio, los que tengan más seguidores activos, principalmente en redes sociales; ahí estará la guerra por los likes, los shares y los retweet, así como lo que posteriormente digan los candidatos y sus voceros; mientras, las encuestadoras formales e informales harán lo propio para decirnos quién piensa la gente que fue el vencedor o el derrotado para generar algún tipo de percepción que pueda reflejarse en votos.

Por supuesto será importantísimo lo que el mismo domingo en la noche comenzará a ocupar los espacios de los principales canales de radio y televisión, el post debate, que tiene su propio impacto al ampliar los temas abordados, lo que quisieron decir y lo que no dijeron, pero que es parte de sus líneas de campaña. El post debate tiene relevancia, incluso es parte de la estrategia y preparación de quienes, a nombre de los candidatos, asisten a los programas de radio y televisión o que discuten en la redes sociales. Esta alternativa podría ser tan poderosa como el debate mismo, ya que las reflexiones, los ataques y defensas son más estudiados y más profundos.

Hasta hoy domingo se cree que los dos más preparados para debatir son Ricardo Anaya y José Antonio Meade. Al candidato del Frente Por México, además de capacidad, se le concede ya experiencia y éxito en sus participaciones en estos encuentros. Anaya debatió con Javier Corral, que no es un flan, y salió airoso con Manlio Fabio Beltrones en una mesa organizada por el periodista Joaquín López Dóriga, y fue una gran noche para el panista, además de que en 2012 fuera uno de los que acompañó a Josefina Vázquez Mota en la preparación de su debate presidencial. En el caso de Meade no se le conoce antecedente en estos menesteres, por lo que es una incógnita, estando muy necesitado de salir como el ganador.

Con respecto a los independientes, habrá que ver a quién ataca Margarita Zavala, si le dedica tiempo a Anaya, a cuya base panista podría tratar de convencer para subir sus números, que al momento la tienen como una candidatura sin viabilidad, pero con posibilidad de influir en el resultado. Caso diferente es el de El Bronco, quien de atacar a Andrés Manuel López Obrador confirmará con qué objetivo lo metió a la contienda el Tribunal Electoral. Cada vez es más evidente que no sólo el Tribunal ayudó al gobernador con licencia de Nuevo León, sino que también los operadores territoriales del PRI fueron determinantes para que consiguiera sus firmas, las buenas y las malas. En cuanto a AMLO, éste llega en un gran momento si nos apegamos al promedio de las encuestas publicadas, por lo que se prevé juegue conservador, tratando de no perder los estribos.

También se pudieran esperar sorpresas, quizá información y ataques que no han sido revelados en los medios de comunicación. Los reclutamientos que hizo esta semana José Antonio Meade, el PRI y el Gobierno Federal, sumando al aspirante independiente Armando Ríos Piter, quien parecía cercano a Jorge Castañeda, coordinador estratégico de la campaña de Ricardo Anaya, así como al gobernador perredista de Michoacán, Silvano Aureoles, que hasta el viernes era Frentista, echaría por lo suelos el rumor de que el PRI estaría sumándose a Ricardo Anaya para vencer juntos a AMLO. Está claro que el PRI está allegándose de nuevos aliados previo al debate para preparar una embestida y no una retirada. Lo sabremos pronto.

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