Diego Lainez acertó. Fue una decisión valiente irse al futbol español, en vez del holandés, donde la comodidad en el campo hace que sea más fácil destacar. En España es todo lo contrario. Llega a competir con grandes clubes, siendo parte de uno de los modestos, el cual enfrenta retos constantes, ya sea para evitar el descenso o para agradar en competencias europeas, como lo está haciendo ahora, en los dieciseisavos de final en la Europa League, ronda en la que enfrentará al Stade Rennais de Francia.

Diego Lainez es un niño. Por eso, encontrar un equipo en un país donde se hable su mismo idioma es un punto a favor para adaptarse mucho más rápido, además de tener a Andrés Guardado, quien es todo un líder en ese club y le ayudará a que las cosas salgan como se debe.

Además, es una gran diferencia que te dirija Quique Setién a Erik ten Hag,  porque —por si fuera poco— es el técnico de moda en España  y uno de los firmes candidatos para ocupar el banquillo del Barcelona tarde o temprano.

Las fuerzas básicas del América destacan, a diferencia de la depresión que deben vivir las de las Chivas y el Cruz Azul; las primeras, porque no exportan a un futbolista desde Ulises Dávila, en 2011, presumiendo que iba al Chelsea, pero la realidad es que hoy juega en el Delhi Dynamos de la India; y las segundas no lo hacen desde Javier Aquino, en 2013, cuando se les fue al Villarreal por mala administración, ya que no podemos decir que Néstor Araujo es una venta de ellos. Se fue a España cuando pertenecía al Santos.

Así que el gran trabajo de Alfredo Tena, Raúl Rodrigo Lara y todos los que han formado parte de las fuerzas básicas del América, da resultados, porque otro dato avasallador, a diferencia de lo que hace el Guadalajara, es que a Lainez lo venden como promesa en más de 17 millones de dólares y al último gran estandarte de las Chivas, Javier Chicharito Hernández, lo vendieron ya consolidado en prácticamente la mitad. No hay, hoy por hoy, nadie en el futbol mexicano para vender como América y Pachuca.

La operación fue exitosa con un equipo que vale la pena seguir observando, como el Betis, y lo único que debe comprender Lainez es que aún le falta mucho camino por andar y que su entorno, llámese familiares cercanos, amigos, conocidos, no lo endiosen y echen a perder antes de que toque la cancha del estadio Benito Villamarín, porque si no, de nada habrá servido tan buena contratación de un mexicano en la Liga española.

El plan del Real Betis es trabajarlo, que embarnezca, tome fuerza y potenciarlo para que después sea un fichaje bomba en los equipos élite de España.

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