Nada más motivador que las vacaciones. Ese momento que te desestresa, te desconecta de la rutina diaria y te permite un descanso reparador. Hoy más que nunca, ante la acelerada vida que llevamos, sin duda, un periodo de reposo es indispensable.

Claro que lo que menos queremos es que ese entorno de paz y tranquilidad se enturbie, de ahí lo importante que es minimizar el riesgo de que las vacaciones se conviertan en un motivo de estrés, y de complicaciones financieras.

¿Por dónde empezar? Punto número uno: la planeación. Este factor es la clave de todo. Invertir tiempo y mente en elegir el lugar, estimar un presupuesto, y definir las prioridades de nuestro viaje, es necesario. Todo dependerá claro, de cuánto dinero tenemos destinado para las vacaciones. Empecemos por lo básico: el transporte y el hospedaje. Mientras más tiempo (semanas o meses) tengamos para planearlo podremos encontrar mejores opciones y precios. Y es que si aprovechamos la temporada baja para reservar aviones u hoteles, podemos encontrar interesantes descuentos, habitaciones más equipadas, mejores vistas, promociones, etcétera.

El siguiente paso, infaltable para cuidar nuestro bolsillo, es comparar. Si tenemos el tiempo encima, ya comprar es un logro, por lo que como usuarios no debemos conformarnos con ello. Hacer compras inteligentes necesita su tiempo. Por ejemplo, hoy existen plataformas que permiten comparar costos de hospedaje, y reservar con opción a cancelación sin tener que pasar por la penalización. Esto es una maravilla porque si el día de mañana encuentras un hotel con mejores condiciones y más económico, simplemente se cancela la reservación.

Yo utilizo booking.com y suelo identificar dos o tres lugares, reservarlos y darme un tiempo para compararlos e incluso leer los comentarios de otros huéspedes, y así elegir el más adecuado para mis objetivos del viaje. Algo que te permite hacer este tipo de plataformas es señalar si pagas por adelantado o en el hotel. Siempre elijo pagar en el destino. Pero en mi más reciente viaje, el hotel en cuestión me dijo que sólo aceptaban pagos con tarjeta y mi plan era cubrir el costo en efectivo.

¿Qué hubiera sucedido si no tuviera o llevara una tarjeta? Seguro hubiera entrado en pánico. Afortunadamente, hace poco adquirí una tarjeta Nu, desde su app puedes escoger tu fecha de corte, definir tu límite de crédito o diferir tus pagos. Entonces en ese momento incrementé mi saldo, y pude pagar con la tarjeta, pero prevengan escenarios, para que no les suceda.

Entre los beneficios de contar con las apps de las tarjetas que utilizan es que permiten también monitorear y verificar los cargos en tiempo real. Y, finalmente, otro aspecto que puede salvar tu bolsillo de imprevistos en tus vacaciones, es un seguro de viajero, sobre todo en este contexto pandémico.

Los riesgos pueden ir desde una enfermedad, retraso del vuelo, hasta el robo o extravío del equipaje. En mi último viaje para mí era indispensable que el seguro incluyera la cobertura médica por covid-19, gastos de hotel en caso de cuarentena en el destino y pago de los vuelos por la cancelación por este motivo. No quería sorpresas.

Conozco gente que se fue de vacaciones y se tuvo que quedar en el destino por contagio de covid-19, pagar hospitalización, perder vuelos, y una serie de gastos extraordinarios.

Así que, no dejemos nada a la suerte cuando de las vacaciones se trate. Planear, comparar, y prevenir siempre serán los mejores aliados.

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