Ayer fueron promulgadas las tres leyes secundarias de la reforma educativa. Con este acto concluyó una de las reformas estructurales más importantes que se han hecho, misma que inició en diciembre, cuando el Congreso de la Unión aprobó la reforma a los artículos 3 y 73 constitucionales.

La reforma educativa y las reformas a leyes secundaras integran, en su conjunto, uno de los cambios más completos y profundos con los cuales se busca alcanzar niveles de calidad en la formación de las niñas y niños. Esta modificación constitucional, así como las reformas subsecuentes, han sido propuestas por las que el PAN ha luchado por lustros y, hoy finalmente, se concretan para construir un mejor país.

Dentro de los aspectos relevantes de la reforma destacan elevar a rango constitucional la participación de padres en la determinación de planes y programas de estudio de la educación básica y normal, y se garantiza la calidad en la educación obligatoria para obtener el máximo logro de los educandos con materiales, organización y métodos educativos.

Uno de los logros más importantes es el impulso de la Ley del Servicio Profesional Docente. Gracias a ella los maestros tendrán la oportunidad de actualizarse y presentar, hasta en tres ocasiones, una evaluación que dé garantías de su capacitación; también podrán recurrir a la apelación en caso de ser separados de su encargo como maestros; podrán conseguir su base o nombramiento definitivo a partir de los seis meses de trabajo y se evitará que sea el gobierno quien asuma el pago de maestros asignados a tareas sindicales.

La reforma contiene cambios que urgía emprender y que aún enfrentan resistencias de un sector del magisterio. Estas reformas son el inicio de una nueva etapa del sistema educativo nacional de México y sé que, con el paso de los años, quedará constancia de que no hay esfuerzo más importante ni mejor inversión que los que se dedican a la mejora educativa de las y los estudiantes del país.

Diputado federal del Partido Acción Nacional

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