A 97 años de la promulgación de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos es menester reflexionar la vigencia y alcances de este documento que da sustento y forma a las actividades y desarrollo de nuestro país.

Para empezar es importante señalar que la Constitución Política de México es de las más longevas del mundo. La gran mayoría de las constituciones que hoy en día siguen vigentes son posteriores a la Segunda Guerra Mundial y buen número de ellas fueron expedidas después de la Caída del Muro de Berlín en el año de 1989. En América Latina todos los países de la región, salvo Costa Rica, México, Panamá y Uruguay han promulgado un nuevo texto constitucional después de 1978.

Por otro lado, la Constitución de 1917 se ha modificado 573 veces a través de 214 decretos de reforma. Casi dos tercios de esas reformas son posteriores a 1982 y sólo en el sexenio del presidente Felipe Calderón (2006-2012) se publicó casi una quinta parte de todas las reformas.

El gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, que tomó posesión el primero de diciembre de 2012, también ha iniciado su mandato con varias iniciativas de reforma constitucional, de las cuales algunas ya están aprobadas y publicadas (educación, competencia económica, telecomunicaciones, energía) y otras más se hallan en proceso de aprobación por los estados (transparencia, elecciones).

Por tanto, el sinnúmero de reformas y el largo tiempo de su vigencia nos hace preguntarnos; ¿realmente necesitamos una nueva Constitución o basta con seguir reorganizando la que tenemos?

En el Partido de la Revolución Democrática (PRD) consideramos que la mayoría de las reformas y modificaciones que se le han hecho a la Constitución han generado un trastrocamiento paulatino de su esencia y una vigencia cada vez más de corto y mediano plazo.

Por otro lado, también señalamos que, de manera lamentable, la mayoría de las veces los actores políticos y autoridades públicas que juran hacerla cumplir, lo primero que hacen es adecuarla a sus intereses y reformarla. Esto último genera reformas que han dejado de considerar los principios de la Constitución y que se ajustan más a los intereses políticos y económicos del momento.

Por todo ello el PRD ha emprendido diversas acciones para revertir muchas de las modificaciones que se han aprobado en contra de la esencia original de la Constitución Mexicana.

Una de estas actividades es la que se generará el próximo 8 de febrero, aquí en Querétaro, en donde integrantes de la corriente perredista Izquierda Democrática Nacional (IDN), realizará la Convención “Por un Nuevo Constituyente”, en el cual se espera una participación estimada de 5 mil delegados y la presencia de constitucionalistas como Diego Valadés, Jaime Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo.

El objetivo es impulsar para el próximo mes de mayo un movimiento nacional de insurgencia cívica para promover cambios profundos en la Constitución vigente y así recuperar la esencia de sus postulados originarios.

Presidente del Comité Directivo Estatal del PRD

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