El miércoles, en sesión extraordinaria en el Senado de la República, los panistas votamos en contra del  listado de los 10 candidatos que se envió al Ejecutivo para que de ahí surgiera la terna para Fiscal General de la República.

¿Por qué  tomamos la decisión de ir en contra? Porque  el partido y  los senadores del PAN llegamos a la conclusión de que Acción Nacional siempre se ha mantenido en la línea de que se necesita un verdadero fiscal, uno que vea por el ciudadano y no por el poder. En la historia moderna del país hemos visto una Procuraduría que lo único que ha hecho es velar por los intereses del poder y no  por el bienestar de los ciudadanos.

La columna vertebral del cambio en justicia tiene que ser el fiscal, por ello la importancia de que no sea un “fiscal carnal”. Por eso, decidimos como bancada votar  en contra de la lista, porque sabíamos que ella incluía los tres nombres que el Presidente había mencionado, inclusive desde antes de su campaña. Estábamos  seguros que sería la misma lista que iban a terminar regresando como la terna, entonces no podríamos acompañarlos ni en la lista de los 10, ni en la nueva terna.

Hubo  consenso  de todo el grupo parlamentario del PAN de que teníamos que ir en contra, ir en congruencia. Inclusive, las organizaciones civiles nos dijeron que se alejaron del proceso porque vieron que lo que había era solamente una simulación. Y es que la elección se convirtió en un proceso simulado en el que no se escuchó a la sociedad ni hubo diálogo, tampoco existió intercambio de ideas ni un genuino interés por buscar a los mejores candidatos.

Así, la nueva fiscalía no será la excepción, tampoco será autónoma porque ya el Presidente de la República, dio una orden categórica: el perdón a los corruptos, y eso en automático significa limitar la autonomía del fiscal. Nuevamente Morena atropelló con su aplanadora para convertir al Fiscal General en un “Fiscal Carnal”.

Acción Nacional seguirá exigiendo un análisis más a fondo y la modificación del artículo 102 constitucional, para garantizar la debida autonomía e independencia de la Fiscalía General de la República. Tengo la certeza que mientras no se designe a un Fiscal verdaderamente autónomo, México seguirá viviendo en la impunidad, y es que resulta prácticamente impensable  combatir la corrupción en el país, si no se combate desde el interior del propio gobierno.

¿Cómo vamos a juzgar al Presidente de la República de un delito de corrupción, si al fiscal anticorrupción lo designa el Fiscal General y a éste lo nombra el Presidente? Mi posición no es contra el perfil de los 10 que aparecen en la lista, ni de la terna que mandó el Ejecutivo; de hecho, reconozco en lo personal que varios cumplen con los requisitos, cuentan con una trayectoria y los conocimientos técnicos, pero desgraciadamente hay un vicio de origen que es que lo está proponiendo el Ejecutivo.

Necesitamos un fiscal que sea autónomo, apartidista e independiente, que no sea solamente un cambio de uniforme, sino que sea un fiscal que va a nombrar inclusive al fiscal anticorrupción, al fiscal de delitos electorales, que tenga la aprobación de la ciudadanía. Necesitamos una Fiscalía que de verdad investigue los delitos, sancione a los responsables y que pueda terminar con la impunidad y la simulación que tanto daño nos han hecho, para así lograr un sistema de procuración de justicia que sirva y en el que todos los mexicanos podamos confiar.

Senador de la República

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