Restan dos jornadas a la fase regular del Clausura 2019 y al conjunto de Gallos Blancos, a pesar de las adversidades que se volvieron una calamidad desde que inició la competencia, no le queda de otra que buscar un cierre digno de torneo.

Veracruz y Necaxa serán sus siguientes adversarios en las jornadas 16 y 17, respectivamente. El primero ya desahuciado, con el descenso a cuestas y en la incertidumbre total sobre su futuro en el balompié mexicano.

Y el segundo, con una temporada buena que lo tiene a un tris de clasificar a la Liguilla, bajo las órdenes de Memo Vázquez.

Por lo que, como dijo a su regreso a la organización plumífera el Maestro Vucetich, Gallos sólo requiere de sumar puntos y más puntos para revertir en parte el daño que ha sufrido (recordando las siete derrotas seguidas al inicio del torneo).

Enfrentará a dos rivales con distintos objetivos. Veracruz, que sólo quiere que esto termine, no ha dejado de ser un cheque al portador y es de suponerse que en el Corregidora no vendrá con la mínima intención de hacerle la travesura a los queretanos. Es un equipo sin alma, que únicamente vendrá a cumplir con el trámite.

Por lo tanto, podríamos aventurarnos a decir que Gallos —en este duelo— tiene con qué amarrar los tres puntos y llegar a 11. ¿Pero después? Ante Necaxa, que buscará cerrar en mejor posición para la Liguilla y como Gallos no sabe ganar como visitante, aquí se verá la otra cara de la moneda y los Rayos seguramente no querrán desperdiciar la oportunidad de ganar y llegar motivados a la Fiesta Grande.

Obviamente, en el futbol nada está escrito y los resultados no se pueden adivinar o dar por hechos. Los partidos hay que jugarlos y los jugadores son, a final de cuentas, quienes tienen la última palabra en el terreno de juego.

Y en el caso de Gallos, ojalá el plantel de jugadores busque ese cierre digno y logre por lo menos despedir la presente campaña como local, ante su noble y fiel afición, con una victoria cuando reciban a los escualos, por cierto el domingo 28 a partir de las 18 horas en el estadio Corregidora, ya que hasta la semana siguiente van a Aguascalientes para encarar a los necaxistas.

Que los errores cometidos, no sólo en el partido ante Santos, sino a lo largo del torneo, queden atrás y por lo menos de los seis puntos en disputa, logren obtener tres o cuatro y —si se puede— los seis.

Por cierto, después del duelo ante los de La Comarca, el técnico Vucetich comentó que los yerros al principio del duelo los hundieron y, aunque trataron, lucharon, se entregaron por darle alcance a los rivales, el daño ya estaba hecho; igual dijo que les faltó concretar, que hubo muchas llegadas, pero no contundencia, cosa que no creo porque los tres goles del partido los marcó Gallos. Milke hace un autogol y Gil Alcalá el 2-0, luego de que Correa dispara; el balón pega en el poste, le rebota al portero queretano y se incrusta en las redes. Hubo contundencia, pero en contra. Ake Loba, el marfileño, hizo el 2-1 definitivo en una gran descolgada que él mismo inició con Jordan Sierra.

A quien me extraña ver desanimado, falto de ritmo, hasta sin ganas de hacer lo que sabe hacer es a Camilo Sanvezzo. Como que siente que en definitiva su ciclo en Gallos se ha cumplido, como el de muchos más, ante esta situación. Gallos requiere reestructurarse y eso lo saben la directiva y el cuerpo técnico.

Creo entonces que con la experiencia del Rey Midas y los refuerzos que pida y le concedan, sumado a una base de jugadores canteranos y de experiencia que quiera el técnico que continúen, Gallos mostrará otra cara en el Apertura 2019.

Desde luego será mejor invertir en jugadores que sean refuerzos de calidad que pagar 120 millones de pesos para conservar la categoría en 2020.

Hasta la próxima.

Google News