La propuesta de reforma electoral de Morena incluye desaparecer los 32 Organismos Públicos Locales (OPLs), el nombre genérico de las autoridades electorales de los estados. El diputado Sergio Gutiérrez Luna, promotor de la iniciativa, sostiene que el INE puede hacerse cargo de sus funciones “sin ningún problema” y así ahorrar su costo operativo.

Prevalece en ciertos círculos políticos una idea de los OPLs como meros apéndices prescindibles del Sistema Nacional Electoral coordinado por el INE. Suele decirse que las elecciones extraordinarias para las gubernaturas de Colima en 2015 y Puebla en 2019 lo comprueban. En ambos casos, el INE se hizo cargo de la organización total de estos comicios y salieron bastante bien.

Sin embargo, el argumento es falaz, pues generaliza a partir de dos casos excepcionales, sin tomar en cuenta dos cosas: la contribución de los OPLs al funcionamiento ordinario del Sistema Nacional Electoral y la experiencia más amplia que se ha acumulado desde su creación en 2014. De entonces a la fecha, México ha tenido el periodo de mayor competencia en el ámbito local, de acuerdo con el porcentaje de alternancias en elecciones para gubernaturas (23 de 35) y ayuntamientos (1,087 de 1,827).

Por lo que concierne a la contribución de los OPLs, debe quedar claro que no sólo organizan elecciones de gubernaturas estatales. También están a cargo de los comicios de diputaciones locales, ayuntamientos y, en algunos casos, autoridades submunicipales. La complejidad de sus tareas se refleja en un hecho: para realizar sus funciones de reporte de resultados preliminares, cómputo de votos y expedición de constancias de mayoría, los OPLs de los 30 estados que tuvieron elecciones locales en 2018 montaron 506 consejos distritales y 1,473 consejos municipales. Con su estructura de tan sólo 32 consejos locales y 300 distritales, el INE no podría hacerse cargo de las elecciones federales y locales al mismo tiempo.

De hecho, la concurrencia de las elecciones locales y federales en las mismas fechas es un fenómeno nuevo que hace aún más necesarios a los OPLs. En 2018, se renovaron 2,593 cargos locales y al mismo tiempo se realizó la elección de presidente de la República, 128 senadores y 500 diputados federales. La concurrencia del proceso federal con 30 procesos locales hizo que las elecciones presidenciales fueran las más complejas de la historia de México. Esta complejidad irá en aumento conforme los estados armonizan sus calendarios electorales con los de la Federación. En 2021, se elegirá el mayor número de cargos locales (2,992) al mismo tiempo que se renueva la Cámara de Diputados.

Además de organizar elecciones, los OPLs operan otros mecanismos de participación ciudadana. Los 32 estados tienen la figura de consulta popular, que también existe en el ámbito federal. Pero además, hay 28 estados en los que su legislación prevé la realización de plebiscitos y otros 28 con la figura de referéndum. También tenemos cinco estados que eligen autoridades municipales por “usos y costumbres”. La lista de mecanismos de participación es aún más larga y cambiará según las entidades busquen respuestas al problema del distanciamiento entre autoridades locales y ciudadanía.

Una mayor centralización de funciones es una falsa salida a esta complejidad y a la necesaria diversidad de instituciones políticas locales. El INE de forma extraordinaria puede hacerse cargo de elecciones en estados. Esta flexibilidad es una fortaleza del actual Sistema Nacional Electoral. Pero el INE actual no puede sustituir a los OPLs. Para ello habría que crear una nueva institución, que desde luego sería mucho más grande y costosa, pero menos funcional.

Consejero electoral del INE

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