La universidad pública es la universidad de todos, donde cualquier joven con interés y dedicación —sin importar su condición social y económica— puede lograr una formación profesional y humana de calidad. Es un espacio con una riqueza incalculable en el que tienen lugar el conocimiento, la belleza del arte, la pluralidad de las ideas y un sinfín de inquietudes que nos impulsan a encontrar respuestas y a transitar por caminos que nos llevan a transformarnos en lo individual y en lo colectivo. Esto es la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), una institución que tiene una consolidada tradición educativa en la entidad porque con un gran trabajo ha merecido la confianza de la sociedad queretana, la cual ha hecho de ésta su máxima casa de estudios.

Esta institución se compone por una comunidad de más de 35 mil personas: alrededor de 6 mil trabajadores y maestros, y 29 mil estudiantes —en su mayoría, jóvenes que dentro de sus familias conformarán la primera generación con la oportunidad de recibir una formación universitaria. Asimismo, forman parte de esta institución los más de 250 mil queretanos que atendemos en diversos espacios y actividades con un alto compromiso de servir en todo el territorio estatal.
 
La UAQ es la máxima casa de estudios de Querétaro no sólo por su tamaño, sino porque en sus aulas impartimos el mayor número de carreras que en la entidad son reconocidas por su calidad; a nivel nacional, esto ha posicionado a la universidad queretana como una de las mejores y así lo demuestran los diversos rankings y las evaluaciones a las que la institución se ha expuesto.

Ocupamos el primer lugar nacional en porcentaje de Profesores de Tiempo Completo que tienen grado de maestría o doctorado; el segundo con Cuerpos Académicos Consolidados y nos ubicamos en el octavo lugar con posgrados de calidad entre las más de 3 mil instituciones educativas que hay en el país. A nivel estatal, el mayor número de miembros del Sistema Nacional de Investigadores se concentran en esta Universidad pública, donde desarrollan investigación que destaca por su pertinencia para hacer frente a las problemáticas y necesidades del país, y —a su vez— por contribuir a la generación de recursos que le permitan a la institución complementar el escaso presupuesto que recibe por parte del gobierno.
 
Ejemplo del aprovechamiento del conocimiento y talento es que los universitarios, bajo el sello 100% UAQ han creado su propia agua embotellada, combustibles ecológicos, tecnología para generar energías renovables, han producido  pintura y artículos de limpieza y han desarrollado innovaciones tecnológicas para la producción alimentaria, por mencionar algunos proyectos. A través de estas iniciativas se fomenta entre los alumnos y docentes no sólo la labor científica, sino una sensibilidad social, una cultura de innovación y creatividad constante, se otorgan becas, se disminuyen gastos internos y la institución refrenda la confianza que deposita en su comunidad.
 
Más de tres mil estudiantes realizan anualmente su servicio social, atendiendo diversos espacios del estado para devolver a la sociedad lo mucho que reciben de ella. Con gran entusiasmo por servir llevan sus conocimientos para cambiar y transformar realidades en todas las regiones de Querétaro. Tan sólo en el último año, decenas de comunidades rurales se vieron beneficiadas con este trabajo solidario y más allá de los resultados de cada proyecto que se desarrolla en dichos espacios, la convivencia de los universitarios con esas poblaciones tiene una valía especial porque permite un intercambio de perspectivas, renovar las esperanzas, esas personas toman conciencia de que esta universidad también es suya y mutuamente fortalecemos la convicción de hacer de México un mejor país para todos.
 
Un gran orgullo que los universitarios tenemos es la seguridad de decirle a Querétaro que empezamos cambiando por dentro y que estamos haciendo las cosas bien, no sólo en lo académico sino en aquello que es el inicio para acabar con prácticas que nos lastiman como sociedad y que no son congruentes con los tiempos por los que atraviesa el país ni son acordes con nuestros valores de Educar en la Verdad y en el Honor.
 
Por ello, erradicamos las listas adicionales de “recomendados” en los procesos de admisión, para que el mérito propio sea la única condición que garantice el ingreso a la universidad y no las “palancas”. También, como una política de austeridad urgente para la institución acabamos con los privilegios a funcionarios —quienes desde hace cinco años no recibimos incrementos en los salarios— y se acabó el derroche en gastos superfluos como el pago de celulares, comida, gasolina y choferes, entre otros, tanto para el rector, directivos, secretarios, lideres estudiantiles y sindicales. Y de igual forma, voluntariamente la institución aceptó ser auditada no sólo por los organismos federales sino también estatales, a fin de transparentar sus finanzas y terminar con la opacidad en el uso de los recursos.
 
Todo esto es una muestra del tamaño e importancia de nuestra universidad, que hoy se enfrenta a un escenario económico que compromete su viabilidad futura. ¿Por qué el jueves 16 de febrero marchamos por las principales calles de la ciudad? Marchamos para defender esta institución noble y grande que ha sido construida por muchas generaciones de queretanos. Marchamos para que ningún joven renuncie a la esperanza de un futuro mejor y para que ninguno se quede sin acceso a una buena educación. Marchamos para que la educación pública siga siendo el sostén de este país y continúe transformando realidades. ¿Y por qué marchó el rector? Porque marchar con los universitarios nos devuelve la fe de un país con esperanza.

Google News