Por lo que Usted guste y mande, pero León y Tigres, los que hicieron el 1-2 en la temporada regular, serán los que protagonicen una final inédita por el título.

Ambos hicieron valer su posición en la general y de paso el reglamento, pues si bien las cosas ante América y Monterrey, respectivamente, terminaron con empate a uno en el global, las reglas de nuestro futbol les dieron ese hándicap a favor para convertirse en finalistas. Su mérito fue no soltar esos escalones privilegiados que en la Liguilla tienen un peso específico, y esmeraldas y universitarios, con apuros, supieron sacarles provecho.

Para Monterrey y América queda de lección, y para la siguiente campaña tratarán de no cometer el mismo error de clasificar en posiciones que en la Fiesta Grande no les favorezcan.

En el clásico norteño, a los felinos ya les andaba, pues los rayados fueron más insistentes al ataque, no especularon como suele hacerlo el Tuca Ferretti con su equipo, y si no es por Nahuel Guzmán, quien no dejó pasar ni el aire en su meta, hubiesen quedado eliminados.

Algo muy parecido sucedió en la otra semifinal, en la que América dominó, pero su ataque fue chato; Miguel Herrera, por más que todo mundo se lo dijo, se casó con la suya y mantuvo a Nico Castillo, que fue un fiasco en Liguilla y a Roger Martínez, quien se contagió de lo malo que fue el chileno en los dos partidos.

Que hubo uno que otro disparo de Castillo, lo mismo que de Guido, Matheus, Roger, Ibargüen y compañía, pero en la puerta de La Fiera, Rodolfo Cota se vistió de héroe y los llevó a la final, sólo aceptó el gol de Bruno Valdez en jugada de táctica fija, por lo demás, en La Corregidora y en el Nou Camp, se mostró como los grandes.

En este segundo cotejo, León no especuló, simplemente enfrentó a un rival herido que se le fue encima con todo, y con muchos trabajos, lo contuvo. Con el global 1-1 y de su lado el reglamento, ya están en la final buscando cerrar con broche de oro una temporada de ensueño: superlíderes, con promedio de casi tres goles por encuentro, un récord de 12 partidos ganados en fila, el campeón de goleo individual Ángel Mena, ¿qué más quieren?

Tienen lista la mesa para darse un festín y darle a su afición su octava estrella y con ello igualar al Cruz Azul en cuanto a títulos ganados, mientras que los Tigres van por el séptimo para emparejas precisamente a los guanajuatenses y a los Pumas.

Ahora no contará el gol de visitante, todo lo marcará el global, claro, si persiste el empate en los dos encuentros —que por cierto serán nocturnos jueves y domingo primero en tierras norteñas y luego en la guarida leonesa—, habrá tiempo extra y, de seguir igualados, penaltis.

Lo cierto es que será una final inédita, en la que el que salga a especular debe darse por perdido.

Nachito sabe lo que es ganarle al Tuca. Un viejo lobo de mar como lo es Ricardo Ferretti, se verá las caras ante un técnico novel en cuanto a finales disputadas en la Liga se refiere.

Ignacio Ambriz, quien debutó como entrenador con el Puebla en 2003, después fue asistente de Javier Aguirre en el futbol español en el Osasuna y Atlético de Madrid, regresó para dirigir a San Luis, Chivas, Gallos

Blancos, luego fue contratado por América, logrando su primer título como DT al ganar la Concachampions... ¿Y a quién creen que le ganó en la final?, sí, nada menos que a los Tigres del Tuca, con un global de 4-1.
Así que, aunque el brasileño se las dé de muy campeón por la carísima plantilla que posee, sabe que debe tomar sus precauciones, porque Nachito Ambriz, ya le pegó una vez, y si es como dicen que “el que pega primero pega dos veces”, La Fiera, aprovechando su gran momento futbolístico, para mí será el nuevo y merecido monarca de la Liga MX.

Hasta la Próxima.

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