A la par que seguíamos la transmisión de la toma de protesta del presidente Andrés Manuel López Obrador las redes se inundaban con la siguiente pregunta ¿Quién es el cadete que está detrás?, un elemento que no podría pasar desapercibido en plena era digital.

Bastó que un usuario revelara su nombre para que el perfil de Facebook de Giovanni Lizárraga quedara colapsado ante tantas solicitudes de amistad, y en ese ecosistema donde nada se escapa a los internautas —y menos a los que defienden las causas sociales— es que la mujer cadete que también estaba detrás no pasó desapercibida.

Con ese mismo ímpetu también estamos obligados a señalar la incertidumbre que genera el programa Jóvenes Construyendo el Futuro  que estará a cargo de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social con el objetivo de generar una fuerza laboral capacitada.

Desde una postura de colaboración deseamos que se establezcan los canales de comunicación para alcanzar los resultados previstos; porque en Querétaro la ruta es clara: las y los jóvenes siempre al centro de todas las decisiones.

Bajo esta perspectiva hemos aprendido a ver en los cambios una oportunidad para evolucionar y superarnos a nosotros mismos, demostrando que la juventud no puede ser subestimada, por el contrario, debe ser valorada por su contenido social.

Observemos todo nuestro entorno y ante cualquier rastro de duda alcemos la voz, aprovechemos la oportunidad que se nos presenta para encabezar una participación colectiva, sería un error dejar que un país recaiga en una sola persona.

Hoy más que nunca estamos llamados a la acción y como promotores de cambio, los jóvenes debemos seguir aportando al desarrollo de nuestra nación desde cualquier trinchera por el bien de México.

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