Ante la falta de seguridad, comprensión y apoyo a su función como responsable de la Secretaría de Seguridad Pública del DF, Jesús Rodríguez Almeida, prefirió presentar su renuncia al cargo, después de las agresivas e interminables marchas violentas que se suscitan a diario en la capital de la República.

Rodríguez Almeida se va cansado de no poder actuar libremente, bajo los principios constitucionales y legales que imponen la obligatoriedad de conservar la seguridad pública de la defeños ante la incontrolable violencia que no puede ser atacada institucionalmente.

Jesús Rodríguez se va cansado de tanta protección que reciben los delincuentes en el DF, que si no es la CNDH son otras agrupaciones defensoras de delincuentes, quienes ante el pretexto de la violación a los derechos humanos, de la violación al debido proceso o el incumplimiento de los protocolos policiales en la detención de algunos —solo algunos detenidos— delincuentes de inmediato piden su renuncia y se le inicie proceso por abuso policial.

El ahora ex secretario de Seguridad Pública, se va cansado de no poder ejercer cabalmente su responsabilidad protectora de la ciudadanía y bienes materiales. Dijo hace algunos días que esos delincuentes —que gozan de “fuero constitucional”— “tiran a matar” y cómo no si lanzan a los policías en el cumplimiento de su deber “bombas molotov”, piedras, tubazos y demás objetos peligrosos y en cuanto un policía detiene a un delincuente, este se queja de agresiones policiales, de que fueron golpeados, de vejaciones; y otras autoridades de inmediato protegen a los delincuentes, y si acaso fueron detenidos los jueces los dejan en libertad por faltas al debido proceso o de elementos para procesarlos. Al policía simplemente se le despide y se le pone a disposición de un juez para ser procesado por abuso de autoridad. Vaya flagrante inequidad.

Se va cansado Jesús Rodríguez Almeida, por no haber encontrado apoyo suficiente en su jefe inmediato superior, quien conoce de derecho; ha podido más la política inconsciente y por tanto irresponsable que justifica toda agresión como derecho a la libertad de expresión o de manifestación, sin importarles la seguridad de la población.

No han importado los buenos resultados que ha dado al frente de esa secretaría mucho menos la prolongada trayectoria de preparación a lo largo de los años, tanto académica como prácticamente. Ha prevalecido el “derecho” de aquellos delincuentes que flagrantemente violan las leyes sin sufrir consecuencia legal alguna. Por el contrario, ahora corre peligro la vida de este funcionario que entregó buenos resultados a los capitalinos.

Seguramente los rijosos, los “anarquistas”, los violentos, los delincuentes estarán felices con esta renuncia. Vamos, algunos piensan ya en Jesús Murillo Karam y Miguel Ángel Osorio Chong. Esperemos que el mal ejemplo no cunda en este delicado ámbito de la seguridad pública. De por sí la delincuencia organizada está incontrolable, ahora lo están los delincuentes que actúan desorganizadamente pero con efectividad al causar daños.

Analista legislativo.

@HectorParraRgz

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