En el Plan Nacional de Desarrollo (PND) 2019-2024, al que se expondrá nuestro país en el actual sexenio de la administración federal, no queda clara la relevancia que tienen para el desarrollo del país la ciencia, la tecnología y la innovación, quehaceres fuertemente vinculados con la educación superior pública de calidad.

El PND está estructurado en cuatro temas: 1. Política y Gobierno, 2. Política Social, 3. Economía y 4. Epílogo: Visión de 2024. La educación se trata principalmente en Política Social, dedicándole parte sustancial a la crítica que descalifica la labor de las administraciones federales anteriores y busca enmendar supuestos agravios cometidos, asimismo, se desconocen los progresos alcanzados, resultado del esfuerzo de muchas administraciones federales y estatales en materia educativa.

En honor a la verdad, la infraestructura educativa, humana y material se ha fortalecido gradualmente desde hace casi un siglo, así como la calidad de la educación. Destaca la creación de la Secretaría de Educación Pública en el año 1921, a cargo Lic. José Vasconcelos.

José Vasconcelos fue un gran impulsor de la educación pública, observaba a un México con grandes carencias y que se requería llevar la educación tanto en los centros urbanos como a las zonas rurales, tomando en cuenta las condiciones de cada región, lo que incluía preparar para los oficios y actividades económicas; hizo de los maestros rurales un ejército de paz y de cada profesor, según su propia metáfora de raíz católica, “apóstoles de la educación”.

Vasconcelos entregó su lema a la UNAM “Por mi Raza Hablará el Espíritu” y desde esta institución, como Rector, echó a andar la primera campaña nacional de alfabetización; a la UAQ también le otorgó su lema “Educo en la Verdad y en el Honor”.

La educación en el país, con la conducción de Vasconcelos, adquirió un sentido nacionalista y culturizante, impulsó las artes, el intercambio cultural con el extranjero y la investigación científica, así dio forma al programa educativo.

Es justo reconocer, que la calidad de la enseñanza en los niveles básico, medio y medio superior ha venido mejorando a lo largo de varias décadas; la inclusión ha brindado oportunidades de estudio a millones de niños y adolescentes. Las universidades públicas (UP) han tenido avances en calidad, cobertura, investigación en ciencia y tecnología e innovación; todo lo realizado por las UP tiene impacto social favorable, si bien es cierto que los presupuestos asignados por el gobierno no han sido del todo suficientes y oportunos y normalmente han sido menores a los requeridos por las instituciones, lo que hasta la fecha sigue sucediendo. Sin embargo, sí ha existido progreso en la educación pública, en todos los niveles.

En el tema “Economía” del PND, aparece Ciencia y Tecnología, se le dedican cinco líneas y dice: El gobierno federal promoverá la investigación científica y tecnológica; apoyará a estudiantes y académicos con becas y otros estímulos en bien del conocimiento. El CONACYT coordinará el Plan Nacional para la Innovación en beneficio de la sociedad y del desarrollo nacional con la participación de universidades, pueblos, científicos y empresas.

Resulta muy escueto y no se subraya el papel primordial que tienen la ciencia, la tecnología y la innovación para lograr el desarrollo, la generación de riqueza y su justa distribución en beneficio social, además de asegurar que nuestro país logre un lugar competitivo en el contexto global.

En el epílogo: Visión de 2024, se cita “Ningún joven que desee cursar estudios de licenciatura se quedará fuera de la educación superior por falta de plazas en las universidades y ninguno estará condenado al desempleo, al subempleo o a la informalidad”.

Queda la pregunta: ¿Es razonable y viable este epílogo?

Google News