En días pasados la Asociación de Ciudades Capitales de México (ACCM) se reunió aquí en Querétaro, con la finalidad de presentar la Declaratoria “Seguridad Pública” Además, se dijo, que en la ACCM, es una guía en temas prioritarios y de interés que no sólo se circunscribe a los municipios, sino que tendrá propuestas para que las ciudades capitales se involucren más en las labores que hacen las instancias estatales y federales para el fortalecimiento jurídico, social y político de las entidades.

Como se percibe, en diferentes plataformas, se habla de cambios fundamentales, en lo político, en lo social, en lo económico. Reconociendo las diferencias de los momentos que viven las entidades federativas y los municipios, hay coincidencia en las demandas para contar con un mayor presupuesto que permita atender los compromisos de obra y servicios que demandan las y los ciudadanos, el fortalecimiento de la seguridad pública, mejorar los servicios municipales, etc.

La necesidad de los cambios, surge porque las evidentes transformaciones de la sociedad actual, no tienen suficiente relación aún con los cambios en las instituciones. La globalización, el desarrollo tecnológico, el avance científico y la protección del medio ambiente son solo algunos de los temas que han y están experimentando cambios, sin que aún existan o se hayan consolidado las instituciones que los contengan y, en consecuencia las demandas siguen sin ser satisfechas o por lo menos canalizadas por rutas de menor incertidumbre.

La incertidumbre que aparece el panorama llama a fortalecer la planeación del Estado y municipios, aumentar la calidad de las políticas públicas y aumentar efectividad en la gestión del desarrollo. Reducir la incertidumbre exige mayor planeación, como factor natural y fundamental para dotar de mayores certezas o al menos posibilidades de futuros a la sociedad. Si se busca el desarrollo, surge la necesidad de planificar.

La planeación como proceso socio-político, debe contemplarse en la visión y en la práctica de la gestión pública, cada vez son más los expertos en políticas públicas que invitan a revalorizar el ejercicio de la planeación. Ésta debe ser acorde con los nuevos modelos sociales y con las instituciones que se van creando, para ello es preciso abandonar prácticas que ya no funcionan, por lo que es necesario realizar diagnósticos, estudios, información conceptual y metodologías. También es necesario que exista una vinculación entre los objetivos y plazos que se establecen y la programación de los recursos presupuestarios. Por último, se debe asegurar los medios para controlar la gestión, es decir, utilizar una serie de indicadores y herramientas que faciliten el monitoreo para corregir cursos de acción y la evaluación para determinar la eficacia y eficiencia de la planeación.

Como sabemos el crecimiento es desarrollo y progreso y, aquí, radica la importancia de la planeación en el éxito de los gobiernos, pues este instrumento permite plasmar las prioridades, objetivos, estrategias y líneas generales de acción en materia económica, política y social para promover y fomentar el desarrollo integral sustentable y el mejoramiento en la calidad de vida de la población que demanda la sana y armónica convivencia.

La planeación plasma la voluntad colectiva de coordinar el esfuerzo conjunto para una transformación social deliberada y orientada conforme a valores definidos; en la medida en que en su integración participan los diferentes grupos sociales y se concilian intereses opuestos, se van alcanzando equilibrios que sustentan el desarrollo general.

Esta planeación debe contemplar que los Municipios deben realizar única y exclusivamente los programas según sus atribuciones contenidas en la Constitución General, evitando aplicar los recursos en programas que corresponden a otras instancias de gubernamentales, ya que puede verse como ocurrencia o hasta promoción personal.

Expresidente municipal de Querétaro y exlegislador. @Chucho_RH

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