Mal empresario Andrés Manuel López Obrador. El Presidente ha demostrado ser un mal administrador del patrimonio de los mexicanos. Varios hechos lo confirman. Regala 90 millones de dólares a países centroamericanos sin beneficio alguno. No compra medicinas para los hospitales y deja de atender a miles de mexicanos en estado de necesidad. Compra 571 camiones cisterna en los EU, a un costo de 85 millones de dólares, no sirvieron para transportar el combustible. “Ahorra” 150 mil millones de pesos del presupuesto y estanca la economía nacional al 0% del PIB. Envía el avión presidencial para su fracasada venta, el gobierno de la 4T paga por la renta de un hangar (13 meses) 30 millones de pesos para su mantenimiento. Etcétera. Ante la decepción de no haber vendido el avión presidencial y hacerse de 130 millones de dólares que espera recaudar, gracias al patrimonio que le dejó el gobierno de Enrique Peña Nieto, la aeronave viene de regreso a México. Faltan los gastos de traslado. Ante el evidente fracaso como vendedor, el Presidente anuncia 5 alternativas para deshacerse del vehículo aéreo. No sin antes volver a referir en su conferencia la justificación para la venta: “si el Presidente no lo va a usar, la verdad fue un exceso, esto no debió comprarse”. Mucho se queja López Obrador, de los actos de sus antecesores, mas no alude a los beneficios que obtiene (en todo momento), por la venta de los bienes patrimoniales que le dejaron en bandeja, para que, arbitrariamente decida sobre el destino de los bienes y recursos económicos. Más parece otra de tantas de sus campañas mediáticas para que los mexicanos se olviden de los graves problemas que no atiende y no sabe cómo resolver el gobierno de López Obrador, como el Insabi, la falta de medicamentos en el sector salud, enormes recortes al presupuesto público, la creciente delincuencia, el tren Maya, la desviación de funciones de la Secretaría Nacional, ahora convertida en empresa constructora, etcétera. Todos metidos en la venta del avión presidencial.

El mal empresario lanza diversas opciones para deshacerse del avión y tener dinero fresco en el bolsillo presidencial. Entre ellas está la “loca idea de rifarlo”; o de un trueque con el gobierno de los EU; de venderlo a 12 empresarios; o rentarlo a 15 mil dólares por hora; y lo demás que se le pueda ocurrir al vendedor de López Obrador. El Presidente no encuentra la manera de obtener más dinero (su principal objetivo); demuestra con ello, sin embargo, el nulo conocimiento en los negocios ¿Así piensa un empresario para invertir 130 millones de dólares? ¡Por supuesto que no! El Presidente juega con el patrimonio de los mexicanos, lo dilapida; haber tirado 30 millones de pesos para el cuidado y mantenimiento de la aeronave, eso es perversión empresarial. No puede eliminar la emblemática nave José María Morelos y Pavón; en su momento dijo que la compra fue una “ofensa para el pueblo de México”; para su venta, el pésimo mercadólogo, ahora afirma que es la “nave más emblemática del continente” ¿Quién entiende al Presidente? Juegan las ideas en su “cabecita” de manera irresponsable. Manipula los ánimos sociales, abre polémicas innecesarias y se burla del pueblo de México. Pretende que la Lotería Nacional, rife el avión presidencial, emita boletos 6 millones de “cachitos”, con un costo de 500 pesos cada uno, más la ganga de un servicio gratuito al año, como si se tratase de un simple auto. Parecería broma, pero no lo es ¿Se divierte con los sentimientos del pueblo o de plano estamos en presencia de la demencia senil presidencial?

Analista legislativo. @HectorParraRgz

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