El periodismo es una profesión que debe contextualizar los hechos y las declaraciones, además de alejarse de la búsqueda de protagonismo en quienes dan la información.

Podría añadir tres cosas más: la práctica del periodismo necesita encontrar la imparcialidad y el equilibrio en la información que publica, evitar filias y fobias hacia determinada ideología o personaje del quehacer público, así como preocuparse por profundizar o explicar un fragmento del acontecer social con potencial de noticia.

Durante la pandemia por el virus SARS Cov2, en México los ejemplos de la “buena” práctica periodística han sido los menos. Hacer periodismo durante una epidemia implica reconocer que en países con amplia extensión geográfica, la intensidad y la velocidad de la epidemia son diferentes según las regiones; eso se visualiza en diversas curvas epidémicas al interior del país. Esto ha ocurrido no solo en México, sino en Canadá, España y EU. El señalamiento se hace porque hay un sector de la población que todavía piensa que es “mentira” o desconfía de las explicaciones por parte de la máxima autoridad sanitaria.

Valdría la pena revisar cómo en las provincias de Canadá (Alberta, Ontario, etc) y en regiones de España (Andalucía, Cataluña, Galicia, entre otras) o en entidades de las costas este y oeste de Estados Unidos la epidemia tiene distintas velocidades, según muestran y reflejan las estadísticas y las curvas epidémicas que registran autoridades sanitarias de cada país, la Universidad Johns Hopkins y la Universidad de Oxford. Hacer periodismo en época de pandemia implica evitar la búsqueda de o provocar la noticia con “culpables” de hechos biológicos insólitos y virus que aún no tienen cura ni tratamiento médico.

Sobre todo, es realizar periodismo sin fobias ni filias.

Hay medios, comunicadores y periodistas cuya fobia contra el presidente de la República y la “4T” los ha cegado (critican y descalifican todo), pero también están quienes en su filia política aplauden todo y no reconocen las equivocaciones discursivas o los pendientes en estrategia del gobierno federal y la labor del vocero, dr. Hugo López-Gatell. Hacer periodismo en época de pandemia es primero identificar, después evitar publicar como nota de 8 columnas, el “golpeteo político” y las intenciones electorales de un sector de la “oposición” y 9 gobernadores del país, que evidencian una y otra vez que no les interesa la salud de los mexicanos ni la ciencia.

La carta que pidió la renuncia del subsecretario de salud y vocero del gobierno frente a la pandemia, Hugo López-Gatell Ramírez, buscó “golpear” políticamente, en vez de “sumar y salir adelante”, manifestó la rectora de la UAQ y científica, dra. Teresa García Gasca, en un post titulado “La cobardía de los que no hacen nada”, publicado el 1 de agosto en su cuenta de Facebook.

Hacer periodismo en época de pandemia, con base en responsabilidad social y creatividad, implica llevar a cabo un esfuerzo por recordar a miles de víctimas y el impacto del virus en México. Así, muestra una cobertura informativa que se aleja de dar peso solamente a la versión oficial o de intenciones políticas de gobernadores que en su afán de protagonismo, han perjudicado a miles de habitantes.

Esta búsqueda de situar en contexto y recordar la vida de las personas que han fallecido en México, como han publicado el periódico español El País y algunos medios digitales, es muy valiosa y se agradece. Hacer periodismo en época de pandemia implica caer en afirmaciones o negativas sin base en la ciencia.

El modelo centinela de vigilancia epidemiológica y la estrategia de mitigación comunitaria tienen bases científicas, aunque los críticos no quieran aceptarlo o mencionarlo. Que la estrategia y confiar en el modelo no hayan impedido la muerte de miles de mexicanos es otra cosa y un tema para una reflexión más profunda, que valdría la pena continuar en otro artículo… sin perder el rigor periodístico.

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