El concepto de la clase media es probablemente uno de los más debatidos en las ciencias sociales. Es evidente que no hay un consenso sobre cómo definir la “clase media”. Como toda construcción social cada uno puede asignarle al concepto los atributos que prefiera o que sirvan más a su argumento.

La condición de clase media involucra el aspecto socioeconómico y el de carácter sociocultural, este último no fácil de delimitar. Aunque, de acuerdo con el INEGI no hay una definición consensuada de clase media para fines estadísticos, lo que hay es una serie de prácticas aproximativas centradas casi exclusivamente en el ingreso corriente o una sola dimensión socioeconómica de un fenómeno complejo.

Para la OCDE o para el Banco Mundial su definición depende más del ingreso disponible por día en una escala muy amplia que puede ir de 13 a 70 USD por día o salarios anualizados de entre 18 mil a 90 mil USD en indicadores de 2019.

Para el INEGI alrededor de 37 por ciento de los mexicanos seríamos clase media. Esta definición es una combinación de ingreso, gasto y estilo de vida. Algunas otras definiciones lo hacen de manera más mecánica. La clase media representa a una tercera parte de la población.

La clase media se ha visto disminuida ante el crecimiento económico que se ha estancado, especialmente después de la pandemia de Covid, así como por la inflación, el aumento de precio en los combustibles, el incremento en los precios de los alimentos, etc., que han hecho que la clase media pierda su poder adquisitivo.

Ante la inflación que se vive en todo el mundo y la región, la clase media ve limitadas sus expectativas de crecimiento: uno de cada tres latinoamericanos podría caer de clase media a clase baja.

En México, por su parte, el INEGI estimó que 6 millones 270 mil, 536 personas dejaron de ser clase media para pasar a la clase baja, 42 de cada 100 personas en México se consideraban dentro de la clase media, pero para 2020, el número se redujo a 37 de cada 100. Las encuestas señalan que las personas de acuerdo con su ingreso y otros indicadores económicos que son consideradas de clase media, lo decimos líneas arriba, representan 37% de los mexicanos según un resultado del INEGI. Ahora bien, el porcentaje de mexicanos que nos creemos clasemedieros ha oscilado entre 63% (UNAM) y 68% (Parametría).

Fernando Escalante escribió que hace poco más de una década cobró protagonismo la idea de que México era un país mayoritariamente de clase media, “es nuestra clase media políticamente inconformista”. Fue la clase media la protagonista del surgimiento y éxito de la democracia liberal, el capitalismo y la modernidad. En ese sentido, identificarse como miembro de este sector implica formar parte de esta marcha hacia el progreso.

La clase media jugó un papel importante en la elección de 2018 y hoy son “apiracionistas” para el gobierno federal. La experiencia reciente, no sólo de la campaña 2018, sino de los diferentes gobiernos en las entidades federativas, muestra que cuando tiene frente a sí una agenda propicia y atractiva, la clase media puede respaldar proyectos y candidatos con los que se sientan identificados.

El dato constante en las mediciones de OCDE, Banco Mundial o INEGI, más mexicanos se consideran clase media de lo que dicen los indicadores conceptuales u objetivos. A partir de estos números parece que de lo que estamos hablando es una definición tendencial, dinámica, más que de un estrato en particular.

La idea de la clase media está ligada a una idea de la moralidad fuertemente influida por la doctrina del “justo medio”.

Para las elecciones en el 2024 es fundamental prever las acciones, estrategias y resultados para incluirla.

Expresidente municipal de Querétaro y exlegislador. @Chucho_RH

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