Hablar de participación ciudadana pudiera parecer un tanto ambiguo y aunque es un término ampliamente usado y muy socorrido, en épocas electorales, me parece que vale la pena hacer algunas reflexiones acerca del significado y de las distintas formas de participación que existen en nuestro país, mucho más ahora que nos encontramos frente a la primera consulta popular nacional en nuestro país.

En primer término, hay que entender la importancia de la participación y para ello podemos verlo de la siguiente manera: cuando una comunidad o grupo de personas tienen un problema, un conflicto o no logran ponerse de acuerdo sobre un tema, una de las mejores formas para llegar a una solución es trabajando juntos, en colectividad, con las ideas de todos, hacerlo así enriquece los caminos para llegar al mejor resultado, cuando un país o un estado cuentan con altos índices de participación se puede decir que existe una cultura democrática.

De forma general, la participación ciudadana tiene que ver con toda forma de involucramiento de la población en los asuntos de interés público, este involucramiento se puede dar de muy distintas formas y desde distintos espacios, podemos diferenciar dos principales tipos de participación, la formal y la informal.

La participación informal agrupa a todas aquellas formas que no se encuentran institucionalizadas o establecidas en la ley, como los medios de comunicación, las redes sociales, la educación, las normas morales,  en cuanto a la participación formal, es la que encontramos desde una perspectiva normativa, acotada a aquellos casos que representan una respuesta, individual o colectiva, de la sociedad a una convocatoria realizada por parte de las autoridades gubernamentales en aquellos espacios institucionales que éstas designan o crean.

En México existe un amplio abanico de formas de participación ciudadana, cada forma de participación tiene sus particularidades y tiene su propia metodología, entre estos mecanismos encontramos la iniciativa ciudadana, el referéndum, el plebiscito, la consulta ciudadana, la revocación del mandato y la consulta popular.

Vale la pena profundizar en este último, la consulta popular es un mecanismo de la democracia directa que promueve la intervención de las personas en los asuntos públicos. Consiste en formular una pregunta a la ciudadanía para que exprese su aprobación o su rechazo sobre una actuación del gobierno, una política pública, una obra de infraestructura, los contenidos de una norma jurídica y/o la aprobación de una ley, para que este ejercicio de participación sea vinculatorio para los poderes Ejecutivo y Legislativo federales, la legislación nacional establece que el resultado de la Consulta Popular deberá contar con la participación del 40% de los ciudadanos inscritos en la lista nominal de electores.

Independientemente del mecanismo al que nos refiramos, la participación ciudadana siempre será indispensable en todas las esferas sociales, desde las reuniones y comités vecinales hasta en las consultas populares, involucrarnos es hacernos responsables de las decisiones que se tomen, es alzar la voz sobre aquello que nos importa y es poner nuestra parte en el rumbo que tome nuestro país.

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