Cada vez más en el mundo el tema de la pandemia pasa de ser un tema de salud y de economía, a también un asunto ideológico-político; de la búsqueda de caminos hacia la “normalidad” pre-pandémica, al interés de algunos gobiernos para arribar a un Nuevo Orden en el que el control omnímodo del Estado es la nota característica.

Para investigadores, politólogos, analistas y periodistas, el mecanismo de control social chino, que utiliza las modernas tecnologías de la información y de la comunicación (la Red 5G) para ubicar en tiempo real a sus más de 1,400 millones de ciudadanos, conocer sus relaciones, ideología, ingresos, gastos, gustos, aficiones, etcétera, con el propósito de premiar o castigar el grado de fe y subordinación al gobierno; constituye, particularmente para los gobiernos populistas y de izquierda, el modelo gubernamental “ideal”, al que quieren arribar, aprovechando la pandemia.

No se trata de imitar el modelo ideológico o de control de la pandemia (vía aislamiento social y el uso de aplicaciones telefónicas para detectar, atender y eliminar posibles cadenas de contagios y muertes), sino el control social, económico y político del país.

Se busca eliminar todo vestigio del explotador neoliberalismo, causante —dicen— de todos los males de la humanidad. Para ellos volver a la “normalidad” es regresar al neoliberalismo. La pandemia se visualiza como la oportunidad histórica para transitar a un Nuevo Orden Global post-neoliberal; “más interdependiente, justo y progresista”, según afirman.

Esta pretensión, no es resultado del trabajo cultural, ideológico y político, sino del uso de las circunstancias para imponer su ideal, sin oposición y resistencia sociales.

Las herramientas son:

La administración de la pandemia: prolongarla lo más posible para acostumbrar a la sociedad al aislamiento social, aprovechando el miedo al contagio y a la muerte. Así garantiza su inmovilización y desmovilización en caso de inconformidad.

Un deficiente sistema de vacunación: para mantener viva la dependencia del gobierno como proveedor y garante de la inmunidad y de la salud.

Utilizar todos los espacios de comunicación para la propaganda gubernamental: único vocero de la realidad sanitaria, económica, política y social. Aquel que disienta, cuestione o confronte es apabullado por el aparato propagandístico y los nuevos comunicadores e intelectuales orgánicos.

Desarticular a la oposición política: acusarlos de obstaculizar la recuperación, quitarles espacios políticos y sociales. El único actor político exitoso es el gobierno y su partido.

Ataque sistemático al sector empresarial: acusarlos del cierre de empresas, desempleo y la pérdida de ingresos de los hogares.

Clientelismo electoral a través de programas sociales y de subsidios. El gobierno y su partido administran los apoyos para garantizar votos a su favor.

Compra o neutralización (vía persecución fiscal o política) de quienes puedan ser un impedimento para perpetuarse en el poder.

Aislamiento de los sistemas privados de salud.

Administración mediocre de la justicia.

Fortalecimiento de los lazos con militares y policías.

Autocensura o persecución a medios de comunicación y líderes de opinión opositores.

Acabar con la libertad y crear dependencia son condiciones para la permanencia en el poder. ¿Le suena conocido? Sí, se trata del proyecto de AMLO y Morena en México: “como anillo al dedo”.

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