Finalmente, la nueva amenaza biológica llegó a México. En la capital del país, un ciudadano que recientemente había viajado a Italia fue confirmado como el primer caso positivo del coronavirus, o como se le ha denominado recientemente Covid-19.

En la ya tradicional rueda de prensa matutina de la Presidencia de la República, el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell Ramírez informó que el infectado es un hombre de 35 años y que se encuentra en observación en el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias; además, hay otro contagiado (hombre, 41 años) en Sinaloa, quien se encuentra aislado en un hotel.

De acuerdo con el portal MedlinePlus, del gobierno de Estados Unidos, el Covid-19 “es una enfermedad respiratoria que produce fiebre, tos y dificultad respiratoria. (...) El Covid-19 es causado por el coronavirus 2 del síndrome respiratorio agudo grave (SARS-CoV-2). Este es el coronavirus más reciente que afecta a los humanos. Se reportó por primera vez en la ciudad de Wuhan, provincia de Hubei, China, a principios de diciembre del 2019”.

Y al igual que en la crisis de la influenza del AH1N1 del 2009, el pánico se ha extendido más rápido que la nueva cepa del virus. En redes sociales reportan que en Sinaloa en los centros comerciales pelean por el desinfectante en aerosol Lysol. Incluso, en Amazon se reporta como el número uno en ventas pero que ya se encuentra agotado. Y algo similar sucede con los cubrebocas, que también se agotan rápidamente y que muchos comerciantes aprovechan para subir de precio.

Y el pánico se ha adueñado de las bolsas de valores mundiales y se desplomaron en un 10%, en lo que los expertos consideran el punto más bajo desde la crisis inmobiliaria de 2008.

La OMS ya ha alertado que el riesgo de expansión e impacto del nuevo virus es “muy alto, a nivel global”, incluso algunos países han prohibido reuniones donde estén más de mil personas, como en Suiza; pero otros eventos como los Juegos Olímpicos de Tokio no serían pospuestos. Es decir, tenemos un doble rasero para estos casos, dependiendo del país. En el caso mexicano, el ya mencionado subsecretario Hugo López ha dicho que por el momento no se suspenderán actividades en escuelas o empresas, porque no hay una razón científica o técnica para hacerlo porque sólo se tiene una transmisión localizada y no generalizada.

Recordemos que en el 2009 se llegaron a suspender actividades y se recomendó el uso de cubrebocas, lo que en Querétaro hizo que el arranque de las campañas políticas de ese año electoral donde se elegía gobernador, diputados federales, locales y alcaldías, arrancara lentamente porque también la recomendación era no hacer eventos masivos.

La diferencia con el brote del 2009 es que el AH1N1 tuvo como lugar de origen Norteamérica, un caso en California, Estados Unidos y en abril falleció en México la primera víctima de la nueva cepa. Para julio de 2010 la OMS reportaba 18 mil 337 muertes por el AH1N1.

Por otra parte, uno de los factores que hacen que muchos actualmente se muestren escépticos por el nuevo virus es que en la pandemia del 2009 las grandes farmacéuticas ese año ganaron enormes cantidades de dinero, por ejemplo, al revisar el archivo del portal de la BBC, podemos ver que Roche, de origen suizo, ganó 937 millones de dólares por la venta del antiviral Tamiflu y la empresa británica GlaxoSmithKline, proyectaba ganar mil 600 millones de pesos por su vacuna contra la influenza ya mencionada.

Finalmente, vale hacer caso las recomendaciones que las organizaciones de salud recomiendan para evitar contagios y ser parte de las estadísticas fatales.

Periodista y sociólogo. @viloja

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