Flota nuevamente la especulación de si el gobierno de Peña Nieto ya pactó con Obrador. De ocurrir eso, tendría mucho que ver el pleito entre Peña Nieto y Ricardo Anaya a raíz de los comicios del Estado de México y Coahuila: Anaya logró echar abajo al “Fiscal Carnal” de Peña, Raúl Cervantes, y el gobierno respondió golpeando su imagen con el presunto lavado de dinero. Dolió en Los Pinos el freno a Cervantes y a Anaya le afectó electoralmente la acusación del PRI-PGR. Difícilmente podría darse un entendimiento PRI–PAN como el que suponemos existió en 1994, 2006 y 2012. Tras esos comicios, escribí: “hubo cerrazón hacia el PAN, al imponerse el PRI en Coahuila [...] El PAN podría entonces alinearse en el frente anti-priísta antes que en el bloque anti-obradorista” (2018: ¿Amlo presidente?, 2017).

Y, hace tres meses, decía en este espacio: “Muchos se preguntan qué va a hacer Peña Nieto si su candidato… no logra remontar el tercer lugar… (Y) consideran que Peña buscaría pactar con Ricardo Anaya… Pero la guerra frontal que hoy viven esos partidos… lo hace improbable… A Peña seguramente lo que más le interesa es preservar su impunidad… En tal caso, sería mucho mayor la probabilidad de que Peña (pacte) con López Obrador. Son muchos los agravios que ha recibido Anaya por parte del gobierno, por lo cual no le conviene ahora a Peña que el panista llegue a la presidencia… (¿Fin al pacto de impunidad?, 12/Marzo/18).

Diversas columnas han apuntado que Peña no está dispuesto a ir con Anaya “ni a la esquina”. Y si algunos priístas mantienen la fantasía de que Meade ganaá, es probable que en Los Pinos tengan ya claro el escenario de la derrota. En tal caso, no sorprendería que hubieran ya pláticas con el equipo de Amlo. Algunos han interpretado así las declaraciones que la presidenta de Morena, Yeidckol Polevnsky, ha hecho en estos días. Son declaraciones que deben hacerse, pero jamás por López Obrador. Recuérdese que a principios de año, cuando Javier Corral iniciara su marcha desde Chihuahua a propósito de Alejandro Gutiérrez —acusado de desvío de fondos a favor del PRI—, Polevnsky salió a descalificar al gobernador y asumir una apología de Manlio Fabio Beltrones, ex jefe de Gutiérrez. Y quien fue secretario de Beltrones, Canek Vázquez, está ya con Morena. Ahora Polevnsky ha destacado las virtudes profesionales de Raúl Cervantes y la presidenta de Morena calificó a Gutiérrez de preso político. Sabemos que es de gran importancia para el Gobierno federal “rescatar” a Gutiérrez de las manos de Corral. ¿Todo ello es parte del pacto? Habrá que ver, pero estas versiones no suenan del todo descabelladas.

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