El primer deseo de un servidor está relacionado con la oposición moralmente derrotada. Creo firmemente que en cualquier país y en cualquier gobierno es indispensable contar con adversarios políticos serios, que encuentren dentro de la protesta, un proyecto que proponga un camino para que al país le vaya bien. El problema de México radica en que los que hoy ya no son parte del partido en el poder, simple y sencillamente no tienen capacidad de construir, de manera real,  propuestas serias y viables o por lo menos sustentadas en la verdad. Tanto blanquiazules como tricolores se han enfocado en generar y alimentar el fenómeno de la información, y así desde la calumnia, golpear la figura del actual titular del Poder Ejecutivo federal. Para sorpresa, principalmente de sus autores, esta ruin estrategia les ha funcionado poco, ya que la popularidad y preferencia con la que cuenta AMLO a cuatro años de su administración, se encuentra más sólida que nunca.

Ojalá, por el bien de la democracia, todos aquellos partidos que sueñan con derrocar a Morena se puedan juntar en una sola propuesta, para que de este modo la ciudadanía siga constatando la marcada diferencia que existe entre el proyecto alternativo de nación y lo que durante prácticamente 90 años propuso y llevó a cabo una esfera política que en todo momento priorizó intereses particulares, sobre el bienestar popular. El gran problema de lo que queda de la alianza Va X México, es que ya quedó demostrado que ni las migajas del perredismo, con lo prehistórico del priismo, apadrinados por los conservadores del panismo, son suficientes para hacer un contrapeso real al partido movimiento obradorista y a sus aliados en ambas cámaras.

El examen final para los que se desgarraron las vestiduras por el INE, ya tiene fecha y será durante los comicios del siguiente año, donde el Estado de México será un termómetro más que exacto para ver qué fuerza política llega con mayores posibilidades de triunfo al nada lejano 2024, donde AMLO entregará la estafeta a la próxima Presidenta o Presidente de México.

Mi segundo deseo tiene que ver con nuestro Querétaro y como soñar no cuesta nada y menos en estas fechas, quisiera que los que hoy administran nuestro estado, encuentren en su corazón, la mínima empatía con las y los queretanos.

Ojalá el cambio de año les haga ver que tener la capital en obra gris, de poco y nada le sirve a la sociedad, que sus acciones mantienen un clima de desesperación, inestabilidad e incertidumbre a la gran mayoría de la población, que si se quiere apostar a una movilidad accesible, incluyente, efectiva y sustentable, la inversión debe de ser en ampliar la oferta de transporte público, planificar de manera adecuada las rutas y la secuencia de unidades para que todos los rincones de la zona metropolitana tengan una conectividad eficiente garantizada.

Por último, deseo que Morena a nivel nacional y en el ámbito estatal, logré sacudirse a la bola de oportunistas que creen que con usar un chalequito guinda y hacer un “cuatro” con la mano es suficiente para olvidar que hace unos cuantos años se llenaban la boca denostando al hoy Presidente y a quienes desde hace años acompañamos la lucha por transformar la vida pública de México.

¡Gracias por un año más de acompañarnos a través de este camino de letras, próspero 2023 y que la dignidad se haga costumbre!

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