En nuestro Querétaro se vive un ambiente de incertidumbre. Por un lado las promesas de campaña, quedaron solo en ello, en promesas, la realidad es que en materia de seguridad no se ha logrado avance alguno, el mismo clima de violencia que se sentía en la administración anterior no sólo se ha mantenido, sino que ha ido en franco aumento, basta estar al pendiente de los medios de comunicación para darnos cuenta que en definitiva, la versión oficial, dista mucho de lo que la ciudadanía de a pie tenemos que sortear día con día. Al mismo tiempo las personas que vivimos en la capital, nos hemos tenido que resignar al caos vial en el que las ocurrencias de la administración actual nos ha sumergido, como en pasadas publicaciones lo he compartido, el municipio de Querétaro se encuentra en obra negra, con mega obras sin pies ni cabeza, como la de 5 de Febrero y con decenas de obras pequeñas en las vías alternas que por lo menos, de forma hipotética, tendrían que funcionar como una opción para agilizar el tránsito, el problema de este caos es que la afectación no sólo ha impactado a los automovilistas por las horas de más que invierten en sus trayectos diarios, universidades públicas, privadas y escuelas de nivel básico y medio superior han tenido que enviar a su alumnado a clases virtuales, escenario al que se recurrió durante la pandemia y que generó estragos importantes en el nivel de aprendizaje de las y los estudiantes.

Por si esto no fuera suficiente, el tránsito vehicular generado por estas obras ya empezó a generar violencia entre los propios automovilistas, y cómo no iba a suceder, si prácticamente la obra de 5 de Febrero ha dividido la ciudad en dos partes, haciendo que cruzar dicha avenida se convierta en una odisea que pone a prueba los nervios de quien por necesidad tiene que transitar por ella. Por cierto, a partir del 21 de marzo se va a reducir a un carril la movilidad y eso será un elemento que pondrá de punta la tolerancia de los miles de usuarios que todos los días tenemos que pasar por esa vía, desafortunadamente estimados lectores, dicha obra no va a solucionar el grave problema de movilidad de Querétaro, un problema que lleva décadas sin solución y el cual parece ser imposible de resolver para cualquier administración azul o tricolor, simple y sencillamente porque sus planes y estrategias de movilidad van enfocados a albergar mayor cantidad de automóviles, en lugar de apostarle al transporte público efectivo como un método para aminorar el uso del automóvil particular y así hacer eficientes los traslados de una población que vive en una ciudad que tuvo nula planeación.

Eso sí, el fin de semana viene Ronaldinho al Estadio Corregidora, después de más de un año de veto por los violentos eventos del 5 de marzo de 2022. El astro brasileño viene como estrategia mediática para atraer a los aficionados y buscar olvidar un suceso que sigue lleno de interrogantes. Lástima que nada cambió en el equipo de fútbol local, ya ven, nuevamente contratan seguridad vía redes sociales. Pobre de nuestro Querétaro, tan cerca del PAN, tan lejos de un buen gobierno.

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