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Opinión. Querétaro ¿con quién?

Niels Rosas Valdez

La sucesión presidencial es un tema que cada vez se aborda más y con mayor profundidad a medida que nos acercamos a 2024. Hay mucha intriga en torno a qué nombres llegarán a la boleta, sobre todo porque no hay claridad en quiénes podrían ser. ¿Cómo se ha desarrollado este escenario en los momentos recientes? ¿Qué hay con Querétaro?

En el bando del bloque opositor existe menos certeza de quién lo podría representar en los comicios de 2024. Si bien ya se anunció que la Alianza por México, conformada por el PRI, PAN y PRD continuará unida para las elecciones de gubernatura del año en curso y para el siguiente, no se sabe quién aparecería en la boleta para la contienda mayor del próximo año. Lo que se conoce es que para 2023, el partido tricolor elegiría a los candidatos para las elecciones gubernamentales, y se menciona que para 2024, el partido blanquiazul seleccionará la candidatura presidencial.

Sin embargo, para el bloque del partido oficialista la situación está más clara, pero todavía no definida. La baraja de posibles candidatos comenzó numerosa y al paso de los años se ha ido reduciendo poco a poco hasta concentrarse en tres, con una mención honorífica para Ricardo Monreal, quien parecía el sucesor natural de Andrés Manuel López Obrador y quien se hizo a un lado en las elecciones internas para la Jefatura de Gobierno, que había ganado con tal de complacer al jefe del partido y mandatario del país. Pero ahora, su futuro es incierto, incluso en Morena.

Por ende, quedan tres personas que buscan fervientemente la candidatura del partido guinda: Adán Augusto López, secretario de Gobernación; Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno, y Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores. Quizá es el primero de los tres quien tiene menos probabilidades de aparecer en la boleta, y es, en cambio, más probable que sea alguno de los segundos quien ostente la candidatura de Morena.

Por ello, ambos funcionarios se han movilizado para hacer campaña, acumular apoyo y hacerse de la candidatura del partido oficialista para 2024. Desde luego, unos actos de campaña han sido mucho más evidentes que otros, como la gira de Sheinbaum al sureste mexicano para reunirse con gobernadores morenistas de la región, o sus visitas a otras entidades con militantes de Morena, pero sin presencia en el gobierno estatal.

Por el lado de Ebrard, es más complicado realizar una campaña a raíz de su posición como funcionario del gobierno federal. Sus labores y agenda le representan más obstáculos de movilización en comparación con la actual jefa de Gobierno. Sin embargo, ha sabido aprovechar sus oportunidades para hacerse notar e incluso también ha encaminado mítines en el país a favor de su candidatura presidencial.

En esto último, ambos precandidatos han coincidido en Querétaro. Hace unos días Sheinbaum estuvo en la entidad para mostrar lo que ella considera sus logros en la CDMX. Pero no es la primera vez que visita el estado en “pre-precampaña”, sino que ha habido otras ocasiones. En paralelo, en recientes días hubo un evento de un grupo morenista para promover la candidatura de Ebrard a la Presidencia. Es natural que sucedan estos eventos, ya que en los mismos partidos hay preferencias hacia uno u otro liderazgo. Aún hay tiempo, pero la pregunta es: ¿Con quién se quedará Querétaro?

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