¿Dónde está el candidato o candidata de la oposición para el 2024? Esta es una pregunta que me hacen todos los días.

La leo hasta en la caja del cereal todas las mañanas. ¿Realmente Nesquik imprimió sus cajas con esas preguntas, o será que hay una obsesión por tener ya el nombre de quien pueda competirle a Morena en el 2024 cuando los tiempos electorales ni siquiera empiezan? Es más, la contienda electoral en el Estado de México y Coahuila todavía ni termina, y ya hay una exigencia colectiva por conocer la identidad de quien enfrentará al oficialismo.

Hay que preguntarnos por qué hay tanta insistencia. Es simple, Andrés Manuel decidió adelantar los tiempos electorales y puso a la vista las distintas corcholatas: desde el que construyó mal el metro, hasta  la que se le cayó. El que no se hizo responsable de la muerte de las y los migrantes en Ciudad Juárez o el que ni siquiera tiene asegurada su coordinación de la bancada en el Senado. Pero ninguna de las gracias de las corcholatas implica que sus tiempos se acomoden a los que ya estaban preestablecidos.

De entrada, el proceso de elección de las candidaturas será completamente distinto. De su lado, será lo que diga su dedito. Será una designación desde Palacio Nacional. Pero de este lado sí que hay trabajo que hacer. Tendremos la enorme tarea de hacer elecciones primarias al interior de cada uno de los partidos opositores, para después enfrentarles entre ellos y ellas y así obtener el mejor perfil para la candidatura. A diferencia de ellos, hay que construir un proyecto que responda qué queremos hacer distinto y cómo vamos a resolver los problemas de México para después ver quién puede encabezar el proyecto.

¿El proyecto de López? Consolidar la 4T. Quizás hubo confusión colectiva, porque estábamos en el entendido de que su proyecto era regresar a la milicia a sus cuarteles, no consolidar el proyecto político nacional más grande y más corrupto de México. Y de paso, hacer una nueva policía militar nacional. ¿Qué pasó con el sistema de salud nórdico que quería implementar en el país? Porque en el sistema de Dinamarca sí hay medicinas. También dijo: ¡primero los pobres! Pero no dijo que iban primero en las consecuencias de la inflación y la falta de oportunidades. No dijo que irían primero en conformar los 4 millones de mexicanos y mexicanas más que viven en pobreza. Prometió el fin de la corrupción. Pero a lo único a lo que le puso fin, fue a las instituciones encargadas de la transparencia y acceso a la información.

¿Y las y los pobres que iban primero? ¿Y los servicios de salud? ¿Y el país en paz? Bien, gracias. Este es el proyecto que Morena representa, aunque dijeron lo contrario. Parece que el presidente se tomó muy en serio que le llamaran El Mesías, y se atrevió a pensar que sus tiempos, también son perfectos. Está acostumbrado a nombrar, poner e imponer los tiempos que él gusta, pero no tiene por qué hacerlo con la oposición. Los tiempos electorales están marcados con fundamentos que, aunque por nepotismo no se quieran respetar, la oposición sí lo hará. No por mucho madrugar amanece más temprano.

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