No prosperan advertencias ni amenazas de Ricardo Monreal en contra de los ministros de la SCJN. Vergüenza debería darle al profesor de Derecho de la UNAM. Primero aceptó la ejecutoria de la Corte a razón de las violaciones procesales cometidas por su bancada morenista. Luego, envalentonado al haber compartido la mesa con López Obrador y pasar a formar parte, oficialmente, como una “corcholata” más, decide manifestar a los medios que los senadores pueden mandar llamar a los ministros e iniciarles juicio político, de acuerdo a la Constitución ¿Para que el desparpajo político?

¿Acaso quiere ganarse la confianza de AMLO, después de 2 años de no hablarle?

En estos momentos, en los que López no se ha cansado de estigmatizar a las y los ministros, resulta un verdadero despropósito de Monreal, traer a colación una de tantas atribuciones que tiene el Senado de la República. No le hizo caso el Secretario de la Defensa cuando lo convocaron ¿Por qué no cita al Fiscal General para que rinda cuentas de su ineptitud y sometimiento al Poder Ejecutivo? Ricardo Monreal tiene una larga lista de servidores públicos a los que debe citar y no lo hace ¿Para qué impresionar sobre las atribuciones que no le permiten ejercer sus compañeros de bancada?

Es más, Morena y sus aliados no tienen la mayoría calificada en el Senado para proceder en contra de los ministros ¿Entonces?

La respuesta de su homólogo del PAN en el Senado no se hizo esperar. Lo barrió con sustento jurídico y político. Ricardo Monreal no puede, no tiene mayoría para cumplir la amenaza, advertencia o intimidación. Los ministros debieron reírse a carcajadas al escuchar las declaraciones del coordinador morenista.

Ahora bien ¿De qué ilícitos o faltas denunciaría Monreal a los 9 ministros de la SCJN para sentarlos en el banquillo de los acusados? ¿De cumplir con la autonomía que les concede la Constitución para dictar ejecutorias? ¿Acaso los acusaría por haber declarado la inconstitucionalidad de las violaciones que ellos cometieron a su marco normativo para crear leyes? No cabe duda que la enfermedad del populismo que padece Andrés López Obrador, es contagiosa en la “raza” de los morenistas. A Ricardo Monreal le urge ganarse la confianza de AMLO para conseguir boleto de reintegro en las candidaturas que distribuirá el presidente de la República; por eso sus estridencias del juicio político, pretendiendo simular y demostrar que comulga con las locas ideas del autoritario que habita y disfruta gratuitamente del Palacio Virreinal.

Analista legislativo. @HectorParraRgz

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