La situación en la autopista México-Querétaro es cada vez más insostenible. Varios hechos saturan su circulación, provocando problemas severos para los usuarios de esta vía, una de las más transitadas en el país. Por ello, es ineludible subrayar la importancia de mejorar las condiciones viales para evitar accidentes y mejorar la circulación en la Zona Metropolitana de la entidad.

En la pasada entrega de Procesos del Poder, se abordó la necesidad de tomar medidas para mejorar la circulación de la autopista 57, que conecta la Ciudad de México con Querétaro y continúa hacia el norte del país. El resultado de esta posibilidad sería, en primera instancia, disminuir los accidentes en la vialidad, que lamentablemente han sido más frecuentes al paso del tiempo.

Desde hacía tiempo, por muchos momentos era común que la autopista México-Querétaro presentara reparaciones. La obra actual, que involucra una ampliación de carriles, ya ha durado una cantidad impensable de meses para el resultado final que todavía se aprecia lejano. Eso, junto con el aumento en la circulación de vehículos en tal vialidad, ha provocado el incremento en las posibilidades de siniestros.

De ahí que recurrentemente escuchemos noticias y leamos encabezados que señalen tomar vías alternas a raíz de accidentes de diversas causas. Sin embargo, varios de éstos se provocan por imprudencias de tractocamiones que viajan a exceso de velocidad y sin contar con las condiciones mecánicas de seguridad necesarias, como pueden ser frenos apropiados.

Los resultados pueden causar congestionamientos que luego se transfieren de manera prolongada a otras arterias de tránsito de la capital queretana, como lo es Bernardo Quintana y la avenida 5 de Febrero, vialidad cuya circulación se ha visto severamente afectada a raíz de sus actuales obras. Pero otros resultados, mucho más inquietantes y lamentables, pueden ser accidentes fatales.

Una posible solución para una circulación más sana y con una reducción de posibles siniestros, es que los tractocamiones puedan transitar por una vía alterna. Ésta puede ser el macrolibramiento de la entidad, como se señaló en la pasada entrega de la columna. La propuesta ha sido recientemente considerada por el municipio de El Marqués y ayudaría a otros, como San Juan del Río y Querétaro. De concretarse, el beneficio se traduciría en la protección de vidas, en el mejoramiento del estilo de vida de las personas y en ahorros económicos y de tiempo.

Pero pueden existir medidas paralelas y complementarias de estos esfuerzos para mejorar la circulación. Una de ellas es la posibilidad del tren Querétaro-México, proyecto que se había propuesto hace unos años, pero que se canceló en la pasada administración presidencial. Ahora, con el impulso del gobierno local queretano y el federal, se podría reactivar esta magna obra y no podría estar en mejor momento, ya que mejorar la conectividad es primordial para el centro del país.

El tren Querétaro-México no sólo ayudaría a ambas entidades, sino favorecería el traslado también de espacios aledaños, como Guanajuato y el Estado de México, reduciendo tiempos de traslado y costos. En conjunto, ambas propuestas podrían amalgamarse para dotar de mejor comunicación, mejorar la seguridad vial de la autopista 57 y reducir la probabilidad de accidentes.

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