Andrés Manuel López Obrador en su ya tercera campaña electoral por la Presidencia de la República nos quiere convencer a las y los mexicanos inconformes con el actual gobierno federal de que él es lo que México necesita, de que él es un “nuevo AMLO”, tolerante, incluyente, respetuoso de las instituciones y que sí sabe cómo sacar al país adelante. Nos quiere convencer de que el López Obrador que era “un peligro para México” ya no existe más. Es por ello que Andrés Manuel López Obrador ha moderado su tono y modificado su discurso. Hoy sabe muy bien que por un lado, su belicosidad, sus rencores y complejos, y por el otro, en sí su real “Proyecto de Nación” no le permiten ni le dan la cantidad de adeptos y votos que requiere para ser Presidente de la República.

Por ello y para sumar a los millones de votos que le faltan es que decidió moderar su discurso y atemperar sus acciones. Esta estrategia de moderación y atemperamiento le rindieron frutos en la pasada elección presidencial en la que con un discurso “amoroso” (se acuerdan de la “República amorosa”) sumó a millones de mexicanos que habían quedado totalmente decepcionados y lastimados por sus acciones como el bloqueo de Avenida Reforma. Con esa nueva piel López Obrador transformó negativos en positivos y neutralizó a enemigos jurados. No hay duda de la enorme habilidad de López Obrador para transformarse en lo que la gente quiere ver.

Dados los buenos resultados que le dio el “ponerse una piel de oveja” Andrés Manuel López Obrador hoy retoma esa misma estrategia y convoca a todas las personas de todos los partidos a sumarse a un “Acuerdo Político por la Prosperidad del Pueblo y el Renacimiento de México”. El argumento y el momento son más que oportunos.

Las y los mexicanos queremos oír que saldremos adelante, que la violencia y la inseguridad quedarán atrás, que la corrupción y la impunidad también desaparecerán, que por fin tendremos un gobierno austero y honesto lo que nos permitirá tener los recursos más que suficientes para financiar el desarrollo del país y con ello transformar y relanzar la vida de todas y todos. El contenido del discurso es impecable desde el punto de vista que genera aceptación ya que inclusive parece lógico y, por lo tanto, correcto. Ante este nuevo viejo discurso de Andrés Manuel surgen dos preguntas básicas:

1.- ¿La propuesta de “Proyecto de Nación” es el indicado?, ¿es viable o solo son un montón de buenos deseos que hilados entre sí parecen lógicos y correctos? ¿El coraje que siento contra el actual gobierno me nubla la capacidad de análisis?, ¿estoy a favor de un proyecto o en contra de todo lo que huela al gobierno actual?

2.- ¿Andrés Manuel López Obrador es el indicado para encabezar ese “Proyecto de Nación” —suponiendo que sea el proyecto correcto—?, ¿hay quien lo pueda encabezar de mejor manera?

Estas son preguntas que todas y todos nos deberemos responder para entonces poder elegir al mejor proyecto y a la persona para encabezarlo. Preguntas que nos obligan a investigar y ponderar las trayectorias de las y los presidenciables, sus posicionamientos, sus ideas y hasta sus equipos humanos. Es muy importante que no cambiemos cuentas de vidrio o espejitos a cambio de nuestro futuro como Nación, no podemos darnos el lujo de equivocarnos otra vez y menos de manera consecutiva.

El día de hoy y dado que la pregunta es si en realidad hay un “nuevo AMLO” o solo es una versión amable y cautivadora del mismo “Peligro para México”, es necesario revisar sus posicionamientos hacia, por ejemplo, la reforma educativa y el apoyo que le refrendó hace unos meses a la CNTE, o su declaración por demás agresiva e insultante para con las Fuerzas Armadas.

Es por ello que hoy te invito, primero a que leas el artículo El Mesías Tropical de Enrique Krauze ( Letras Libres, Junio 30, 2006). En él, Krauze pone sobre la mesa puntos a valorar sobre la posición y la capacidad de Andrés Manuel López Obrador. Puntos como que el crecimiento económico del entonces DF fue inferior al promedio nacional o que la generación de empleo formal también fue menor en el DF que en el resto del país (con ello queda claro que López Obrador no sabía hacer crecer la economía ni generar empleos). Aunado a lo anterior destaco que la inseguridad en el DF creció de manera notable durante el gobierno de López Obrador y que nunca supimos cuánto costaron los segundos pisos porque los construyó mediante un fideicomiso que nunca rindió cuentas (y eso que dice ser paladín de la transparencia y la honestidad).

Segundo, te invito a que leas y reflexiones sobre las declaraciones y posicionamientos de Andrés Manuel; te invito a que determines si realmente es un “nuevo AMLO” o una versión 2018 del mismo de siempre. Te invito a pensar si AMLO ya sabe hacer crecer la economía y generar empleo y ya sabe abatir la delincuencia, y si ya respeta a las instituciones que antes mandó al diablo. No se te olvide estimado lector que hace 6 años a millones de mexicanos les vendieron la idea de un “nuevo PRI” y mira el resultado.

Fuente de los Deseos: Ojalá las y los mexicanos investiguemos y valoremos; principios y valores, posicionamientos y resultados, de todas y todos aquellos que quieren ser Presidente de México. Ojalá no escuchemos y caigamos presos en el canto de las sirenas que lleven a nuestro México a naufragar.

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