Cuántas veces llevas a revisión tu coche, ya sea porque le toca servicio o por algún ruido o falla que no te gusta.  Qué tan cuidadoso eres de que todo en tu casa se encuentre en óptimas condiciones y acostumbras dedicar un día a arreglar los detalles que hagan que siga funcionando bien y que no se deteriore en su funcionamiento o en su apariencia.

Sin embargo a veces pareciera una contradicción que nos preocupemos tanto por nuestro patrimonio material, pero no por nuestro más grande patrimonio personal que es nuestro cuerpo y mente.  Si lo ponemos en términos económicos, sin su correcto funcionamiento nuestra capacidad de producir es menor y nos genera costos que pueden superar por mucho la reposición de un coche o hasta la compra de una nueva casa.

Quiero aclarar que no está mal cuidar nuestras posesiones materiales, ya que esto ayuda a conservar su valor, en el entendido que estos activos forman parte de nuestro patrimonio y si por alguna razón queremos venderlos, entre mejor sea su estado físico mayor será la cantidad que obtengamos si nos deshacemos de ellas.

Lo que sucede comúnmente es que no hay un balance entre cuidar lo material y cuidar nuestra salud, ya que pareciera que al no costarnos nada haber obtenido nuestro cuerpo, es por lo tanto algo que no contabilizamos como nuestro activo.  Esto en sin duda un gran error, quizá el más grande de todos los que puede cometer un ser humano en materia de finanzas personales.

Rara es la persona que al contabilizar su riqueza contabiliza su cuerpo o su salud, salvo que sea demasiado evidente que viva de ella, como un deportista por ejemplo. El hecho es que para cuidar nuestras finanzas personales debemos cuidar nuestro cuerpo y su salud. Nuestro mantenimiento se traduce en servicios de salud, nuestro taller es el médico entre otras acciones preventivas.  A continuación una guía de cómo ser un consumidor inteligente de servicios de salud:

  1. TEN UN ESTILO SALUDABLE DE VIDA.  Lo más eficiente para tu bolsillo con respecto a una enfermedad es nunca desarrollarla. Tener un estilo sano de vida, tanto en tu alimentación, mantenerte en tu peso y por supuesto desarrollar el hábito de ejercitarte con frecuencia reduce el riesgo de desarrollar enfermedades.  Es la mejor medicina preventiva que puedes darte a ti mismo.
  2. BUSCA FUENTES CONFIABLES DE INFORMACIÓN. Hoy en día la tentación de autodiagnosticarnos se ve aún más favorecida por un arma de doble filo, el internet. Si vas a usar la red u otro medio de información, trata de usarlo sólo como guía, siempre será mejor consultar a un doctor. Recuerda que en el caso del internet es una gran fuente de documentación pero la seriedad de los contenidos es tan dudosa como amplia la gama de páginas existentes en la web.
  1. SELECCIONA A CONCIENCIA DE TU DOCTOR.  Además de tomar un tiempo para escuchar algunas recomendaciones objetivas, toma en cuenta que si en alguna ciencia existe especializaciones es en la medicina.  La recomendación es primero ir con un médico general y luego una vez diagnosticado el padecimiento ir con un especialista.
  2. VUELVETE UN EXPERTO EN TU ENFERMEDAD. Por menor que sea tu molestia, por más rápido que sea la cura pero más aún cuando es algo delicado, es recomendable que conozcas a fondo todos los aspectos de tu enfermedad, como cuidarla o incluso administrarla para no recaer pero sobre todo cuando se trate de enfermedades crónicas como por ejemplo la diabetes.
  3. VALORA LOS TRAMIENTOS ALTERNATIVOS PERO TAMBIÉN CUESTIONALOS. Es cierto que hoy en día muchas personas optan por tratamientos alternativos a la medicina tradicional, sin embargo y reconociendo lo valioso que es contar con otras posibilidades incluso menos invasivas o costosas es necesario poner la línea entre tratamiento alternativo y charlatanería. Si te enganchan en esta última estarás desperdiciando tu dinero esperanzado en un milagro que no llegará.
  4. SE SOCIALMENTE RESPONSABLE Y DENUNCIA.  Si al tratarte una enfermedad eres víctima de fraude, charlatanería o de alguna mala práctica médica, denuncia como una acción natural por el daño que en lo personal te hace, pero también como un tema de responsabilidad social para que esta persona no siga engañando a los demás o haciendo mal uso de su título profesional cuando se trata de un doctor.

Dale la importancia que se merece tu cuerpo, tu mente y la salud de éstos.  Será tu mejor inversión en tiempo y dinero.  Tu patrimonio empieza ahí y en muchos casos será la piedra angular para poder generar riqueza, pero sobre todo para poder disfrutarla.

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