La denuncia dada a conocer este viernes por la rectora de la Universidad Autónoma de Querétaro, Teresa García Gasca, en el sentido de que la delegación de la Secretaría del Bienestar y funcionarios de esa dependencia federal intentaron influir en la elección de la rectoría de esa casa de estudios es muy grave.

Además de las implicaciones legales, administrativas y, ¿por qué no decirlo?, electorales, que tienen las afirmaciones de la rectora de la UAQ, vale la pena ir al análisis de la situación sobre qué se hizo, quién lo hizo y cuáles eran las intenciones de aquellos que pretendieron romper la autonomía de la UAQ.

De acuerdo con la denuncia de Teresa García Gasca, hubo personal que labora en la delegación Querétaro de la Secretaría del Bienestar que pretendieron influir en el proceso de elección de la rectoría en la que ella resultó triunfadora y alcanzó la reelección.

“Nos parece muy importante que se respete la autonomía universitaria. Justamente hace un ratito me dijeron que ya estaba el escrito que voy a presentar directamente en la delegación.

“[La intención] es hacer del conocimiento [de las autoridades] de las evidencias que tenemos y de la experiencia que nos deja esta intromisión que finalmente es personal que trabaja en la delegación del Bienestar. Ya la propia delegación del Bienestar tomará las acciones que considere”, sostuvo Teresa García Gasca.

Según explicó la misma rectora de la Máxima Casa de Estudios del Estado, fue la comisión electoral de la UAQ la encargada de recabar la información sobre la presunta injerencia de personal del gobierno federal en el proceso universitario.

Pero, insisto, más allá de las implicaciones legales que esta afirmación traigan, vale la pena analizar otros aspectos; para empezar, cuando esta presunta intromisión se dio quien encabezaba la Secretaría del Bienestar era el hoy senador y aspirante al gobierno estatal por Morena, Gilberto Herrera Ruiz, quien, dicen las malas lenguas, mantiene oficinas de campaña… perdón, de representación, en la Facultad de Ingeniería, aún cuando sólo es maestro de la misma.

Tras dejar la rectoría y comenzar su acercamiento con Morena, partido por el que llegó al Senado de la República tras perder con Mauricio Kuri, Herrera Ruiz pretendió mantener el control de la Máxima casa de estudios, lo que le ganó un enfrentamiento fuerte con su sucesora, Teresa García.

La intromisión de la gente que le reportaba directa o indirectamente a Herrera Ruiz, denunciada por la rectora de la UAQ se da en el marco de un gobierno federal cuyo titular se ha cansado de repetir que ‘no son lo mismo’ que lo corruptos y los mañosos eran los de antes.

La intromisión del personal que le reportaba a Herrera Ruiz, se habría dado justo en la víspera en la que éste dejaría el cargo federal para buscar la candidatura de Morena al Gobierno estatal, previo paso temporal por el Senado de la República.

Total, que ante la denuncia cabe la pregunta ¿No que no eran lo mismo? Digo.

El último párrafo. En la elección presidencial de los Estados Unidos, a la hora de escribir estas líneas, seguimos en vilo, aunque con ventaja para el candidato demócrata, Joe Biden. Más allá del resultado, llama la atención cómo un candidato como Donald Trump, mañoso, mentiroso, irrespetuoso e irresponsable, todavía tenga tanta penetración entre la población de un país. Habrá que tomar nota en México. Les digo.

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