Un ¡Ya basta! a la escalada de violencia, abusos, acoso sexual y feminicidios, reclama el colectivo “Brujas del Mar”, junto con grupos feministas y de la sociedad civil, llamando a realizar #UnDíaSinMujeres, el lunes 9 de marzo, día en el que se pretende que 22 millones de mujeres se queden en su hogar, faltando a sus ocupaciones cotidianas. Dicho paro será precedido el día anterior por distintas marchas en cuando menos 20 ciudades del país con motivo del Día Internacional de la Mujer.

En la inmemorial lucha por la liberación femenina, un punto de inflexión es la Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadanía, en Francia en 1791, reclamo de Olympe de Gouges para otorgar a las mujeres los mismos derechos políticos que disfrutaban los hombres, incluyendo el sufragio. Si las mujeres podían subir al cadalso, deberían poder ocupar cargos públicos.

Consideremos que las mujeres que hoy justamente claman en nuestro país por igualdad de prerrogativas con los hombres, apenas obtuvieron en 1953 el derecho constitucional a votar y a ser electas, lo cual ocurrió en 1955. En cuanto a la equidad de género, tanto en las cámaras legislativas como en las distintas dependencias oficiales se pretende equiparar el número de funcionarios de ambos sexos. ¿Es sensato anteponer el género a la capacidad?

El paro aludido no puede subestimarse, a él se han sumado millones de simpatizantes de prácticamente todos los sectores. Hasta ahora la inconformidad no va dirigida contra el gobierno de AMLO, quien bien podría haber capitalizado la inconformidad a su favor erigiéndose como convencido guardián de los derechos fundamentales de la mujer, en lugar de comprar boleto y fustigar a los aprovechados hipócritas conservadores de derecha, manipuladores infiltrados en el movimiento, convertidos ahora en feministas para enfrentar y afectar al gobierno. El apoyo a este inquietante movimiento ha unificado criterios, anticipando definitorias acciones para de una vez por todas devolver en lo posible la añorada tranquilidad a mujeres que hoy dan muestra de unión y fortaleza, mujeres cuya principal aspiración es vivir y dejar vivir. La Fiscalía General de la República intenta aumentar la pena por feminicidio a entre 40 y 65 años de prisión. La secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, pretende elevar el tema de violencia de género a máxima prioridad nacional, ofreciendo la inmediata indagación sobre mujeres reportadas como desaparecidas, sin que medien denuncias en fiscalías.

Dejan las mujeres testimonio de su valía y de su valor, respetémonos respetándolas.

No más días sin mujeres.

Analista político

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