La semana pasada, en medio de la crisis por la epidemia de coronavirus, pasó desapercibido un informe que presentó Alfonso Durazo, titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), en una conferencia mañanera del presidente Andrés Manuel López Obrador.

En su presentación, Durazo afirmó con respecto a los homicidios dolosos que “se ha logrado romper la tendencia histórica, ratificamos lo que hemos dicho anteriormente, hay un punto de inflexión a partir de diciembre [de 2018].” Agregó que “tenemos ya tres meses [diciembre, enero y febrero] con una baja sostenida, así sea de manera marginal.”

¿Son correctas esas afirmaciones? ¿Hay en efecto un cambio de tendencia que coincide con el inicio de la actual administración federal? ¿Los homicidios van ahora a la baja de manera sostenida?

Vamos por partes:

1. En la segunda mitad de la administración Peña Nieto, los homicidios crecieron a una tasa muy acelerada, de aproximadamente 17% por año en promedio. Eso cambió en 2019: el año pasado, el número de víctimas de homicidio doloso y feminicidio creció en términos absolutos 2.7% en comparación con el año anterior. Para usar la terminología de moda, se aplanó la curva.

2. Ese achatamiento de la curva, sin embargo, precedió por varios meses a la toma de posesión de López Obrador. El cambio de pendiente se da en abril de 2018, aproximadamente. A partir de ese momento, el número mensual de víctimas se estabiliza en torno a 2,900. Hay un pico en julio de 2018, cuando se llega a 3,158 víctimas, pero luego viene una caída hacia el nivel de tendencia en los últimos cuatro meses del gobierno de Peña Nieto.

3. En 2019, la curva se mantiene básicamente plana. Hay algunos meses particularmente malos (febrero y junio) y otros mejores (abril y septiembre), pero todos se mantienen en torno a 2,900 víctimas por mes, con un margen de 5 a 7% para arriba o para abajo. Además, vale la pena destacar un hecho: no hay un solo mes de la actual administración que haya registrado un total mensual inferior al de noviembre de 2018, último mes del gobierno anterior.

4. Con respecto a meses recientes, es cierto que, de diciembre a febrero, los totales mensuales han decrecido contra el mes inmediato previo. Pero en el caso de febrero, la comparación es algo engañosa ya que el segundo mes del año tuvo 29 días (por ser año bisiesto), dos menos que enero. En consecuencia, para hacer la comparación de mes a mes, es necesario hacer ese ajuste de calendario. La manera más sencilla es calcular el promedio diario de víctimas. En enero de 2020, se registraron 93 víctimas de homicidio doloso y feminicidio por día, en promedio. En febrero, la cifra comparable fue 98. Es decir, ajustando por el número de días, hubo un incremento, no una caída, en el número de víctimas en el segundo mes del año.

5. Marzo no pinta mejor. En la serie que publica diariamente la SSPC, el presente mes llevaba hasta el jueves un promedio de 82.7 homicidios por día. Considerando que esa serie tiene un subregistro de 17 a 20% con respecto a los números publicados por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP). Eso significa que llevaríamos en marzo un promedio de 99 a 103 homicidios diarios. Si la tendencia se mantiene en los días finales del mes, marzo cerraría con un total de 3.069 a 3.193 víctimas. Es decir, tal vez estemos muy cerca o rebasemos el pico alcanzado en julio de 2018.

En conclusión, no hay un punto de inflexión y no hay caída en los homicidios. Hay una terca estabilidad en niveles elevadísimos de violencia homicida. Eso no es buena noticia.

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