El fenómeno de la migración es un tema que está siempre en la agenda de las políticas públicas, sin embargo, según la Organización Internacional para las Migraciones, la vulnerabilidad de que son sujetos los menores migrantes, sobre todo de los no acompañados, continúan siendo uno de los problemas más acuciantes de nuestros tiempos.

El Instituto Nacional de Migración, a través de su Centro de Estudios Migratorios, da a conocer estadísticas que revelan que de enero a septiembre de 2009 fueron repatriados 21 mil 220 menores de edad de Estados Unidos a México; de estos 13 mil 110 regresaron sin compañía y 8 mil 110 con algún familiar, mil 782 eran menores de 11 años y 19 mil 438 tenían entre 12 y 17 años. De estos 16 mil 552 eran niños y 6 mil 668 eran niñas.

El éxodo de los niños mexicanos y del resto de Latinoamérica que siguen su ruta en busca del “sueño americano” tiene su origen, generalmente, en hogares que están en pobreza, que sufren de violencia doméstica o de abandono. Son niños que al emigrar, tanto en el tránsito como en el lugar de destino, son vulnerables a la explotación, coacción, engaño y violencia; de esta forma, la idea de alcanzar un sueño puede derivar en condiciones tan extremas como la trata de personas.

Según información del Consejo de Política Doméstica de la Casa Blanca en Estados Unidos, el número de niños que cruzan solos la frontera se ha incrementado en más de 90% en este año con relación al pasado, además crece la proporción de niñas y de menores de 13 años que entran sin compañía de un adulto. En base a esto el presidente Barack Obama ha anunciado medidas para afrontar la crisis humanitaria generada por el incremento en el número de niños migrantes.

La mayoría de los niños que llegan a la frontera con Estados Unidos son procedentes de Centroamérica, sobre todo de Guatemala, El Salvador y Honduras, estos menores, al igual que los mexicanos, cruzan nuestro país con los riesgos que ya hemos mencionado, su condición de vulnerabilidad hace urgente que en México también se tomen medidas para garantizar seguridad a estos niños migrantes, sobre todo a los que además están en situación de trabajo infantil.

El problema de la migración infantil no es privativo de los países latinoamericanos, se presenta en todo el mundo, es cierto que la pobreza es uno de los factores determinantes para que esto se dé, y en esta región del mundo es donde hay mayor proporción de hogares con carencias económicas.

Mediante leyes o convenios, nacionales e internacionales, México ha manifestado su preocupación por los males que afectan a la niñez, ejemplo de ello es la Ley para la Protección de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes, sin embargo, dado el creciente número de migrantes, es difícil que estos instrumentos legales les garanticen total protección.

Una campaña para fomentar la cultura de la denuncia podría ser una de las medidas inmediatas para atenuar este problema, las autoridades tienen una responsabilidad en esto, pero también los padres de familia e inclusive los ciudadanos que teniendo conocimiento de algún caso de abuso no lo denuncien. La humanidad le sale debiendo mucho a los niños migrantes, sumar voluntades y denunciar, puede ser el comienzo de la solución al problema.

Ex presidente municipal de Querétaro, ex legislador federal y local

Google News