Qué difícil ha de ser para México admitir que con el gobierno que aún no toma posesión todo parece indicar que se avecina una época de impunidad en todos los sentidos; y, un gobierno que se aparta de la justicia. Afirmaba San Agustín (13/11/350- 28/08/430): “se convierte en un gobierno criminal”. La duda viene por la frase “Olvido no, perdón sí” expresada en Chihuahua por nuestro futuro presidente durante el foro Escucha.

Llevar las riendas de un país no es imaginable, pero hacerlo parece traer compromisos que pondrían la cara roja de vergüenza a cualquiera y que el precio de gobernar puede ser empeñar hasta la dignidad. La paz, la concordia y el diálogo son sin duda el camino para la gobernanza, pero en los casos extremos, el perdón hacia quienes incurrieron en delitos nos lleva a la impunidad.

AMLO lo prometió en campaña y los poderes fácticos le tomaron la palabra, “No hay que olvidar pero sí estoy a favor del perdón”. Lo cual fue la llave mágica que abrió las puertas a un respeto sin cortapisas, a un triunfo contundente, pero al que bien pudieron poner barreras.

¿Cuál será la reacción de tantas personas agraviadas por la impunidad, si por delante mandamos el mensaje de que no habrá justicia?

“El dolor se impone sobre la idea de perdonar, y el Foro para la paz topa con pared en Michoacán” tituló en su cabeza principal el portal sinembargo.mx (14/08/18) donde reseña que los asistentes corrieron a gritos a Juan Bernardo Corona, titular de seguridad pública del estado; “fue un foro difícil porque reunió a mucha gente lastimada” afirmó Hipólito Mora, exlíder de las autodefensas y a quien, en 2014, le asesinaron un hijo.

De manera dolorosa, el general José Francisco Gallardo ha cuestionado la expresión de López Obrador anteponiendo su caso y señalando contundente: “Ni perdón ni olvido, sólo justicia”. A 25 años de proponer en una tesis académica la reforma de las fuerzas armadas a través de la creación de un ombudsman militar, lo cual le costó casi nueve años de cárcel y el fin de su carrera militar, Gallardo Rodríguez pregunta: “ultrajaron a mi familia y a mi madre, provocaron el suicidio de uno de mis hermanos, ¿ustedes lo perdonarían? Además, en un retén acribillaron a tiros a una de mis sobrinas de 25 años, madre de dos hijos, y ello, por la pena, provocó la muerte de mi hermana. Muchos de estos violadores todavía viven y campean ufanos, sabedores de que están cubiertos desde el poder con un manto de impunidad; pregunto: ¿Ustedes los perdonarían?” (Sinembargo.mx 15/08/2018).

Ello sin contar que el ejército y las autoridades del país han ignorado las resoluciones de Amnistía Internacional respecto a la investigación de su encarcelamiento y devolución de sus derechos militares y de grado.

“Estos foros son charlatanería y política, una farsa porque no hay ningún luchador social ahí enfrente en el presídium, como los que entregamos nuestra sangre por cambiar las cosas. Ahí no está Semeí, no está Hipólito. Esto es una farsa”, afirmó el doctor José Manuel Mireles en el Foro Escucha de Michoacán y se retiró aquel 13 de agosto.

Igual que el general Gallardo, José Manuel Mireles hizo un proyecto de pacificación social y lo entregó en mano propia a Andrés Manuel López Obrador. Esto también sucedió con la Planeación Estratégica Nacional, la cual entregó al de Macuspana José Francisco Gallardo. Han sido absolutamente ignorados.

En total se harán 18 foros y 25 consultas especiales con jóvenes en conflicto con la ley, migrantes e indígenas, entre otros, ha dicho el presidente electo. Esto para construir, “de la mano de las víctimas de la violencia”, sociedad civil, grupos en contextos complejos, agrupaciones religiosas, expertos y academia, el plan nacional de pacificación, explicó Juan Carlos Loera de la Rosa, próximo coordinador de programas de desarrollo social del gobierno federal para el estado de Chihuahua. ¿Qué va a salir de estas reuniones donde los agraviados no son incluidos?

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